Diario de León

Comercio

Las ventas del rastro se desploman y los comerciantes exigen una solución

Aseguran que las restricciones, las más duras de la Comunidad, espantan a la clientela

León

Creado:

Actualizado:

Las restricciones ahogan al rastro, que aunque lleva ya cuatro domingos abierto no acaba de recuperar el pulso tras prácticamente nueve meses sin actividad por culpa de la pandemia. «Vamos de mal en peor», lamentaba ayer Aarón Hernández, uno de los vendedores del mercado dominical, donde solo se pueden poner el cincuenta por ciento de los casi cuatrocientos puestos que había antes de la emergencia sanitaria.

«Ya no es cuestión de la pandemia, sino de las restricciones y las limitaciones que impone la administración. Ni siquiera los usuarios las comprenden», explica. «Tienen que hacer cola durante más de una hora y a las dos de la tarde viene Protección Civil y lo cierra», denuncia Aarón, quien advierte que la situación de muchas familias es «insostenible».

Siente que no les escuchan a pesar de que «cumplimos escrupulosamente con todas las medidas de seguridad». Pone como ejemplo lo que ocurrió ayer mismo. «Muchos compañeros, principalmente de Benavente, no pudieron venir por la nevada y no dejaron que su lugar lo ocupara otro vendedor», critica.

A la mitad

Solo pueden ponerse el cincuenta por ciento de los puestos en un espacio muy reducido

Exige a las autoridades competentes, principalmente al Ayuntamiento, que busquen una solución para paliar la angustia de todos los vendedores que dependen de este sector. «Solo pedimos un poco de sentido común. Es un mercado dominical, la gente no madruga y no nos pueden obligar a cerrar a las dos de la tarde», apunta. No reclama ayudas directas, como reivindican desde otros colectivos, «solo que no nos pongan trabas».

La misma opinión sobre los efectos disuasorios de las restricciones emite al respecto Ricardo Torres, portavoz de los comerciantes y uno de los vendedores más veteranos del mercadillo. «Hay muchas colas y son tan estrictos con las normas que mucha gente ya no viene», lamenta. Comprende que la pandemia obliga a una serie de medidas para evitar que el virus se propague y subraya que los ambulantes del rastro son «los primeros interesados» en cumplir con todos los protocolos de seguridad establecidos por las autoridades sanitarias, pero reclama comprensión por parte del consistorio para poder trabajar en unas condiciones aceptables.

Reivindicación

Exigen que el mercadillo ocupe todo Papalaguinda para poder trabajar en unas condiciones óptimas

Propone, tal y como ha trasladado al equipo de gobierno, que se ocupe todo el espacio, desde Guzmán hasta la plaza de toros, y que se permita a los afectados poner un «puesto sí y uno no, con lo que habría entre cuatro y seis metros de espacio entre los vendedores», aclara. «Nos han contestado que no porque aumentaría la afluencia y tendrían que poner más controles. También les pedimos que abrieran la escalera que está a la altura de la pasarela de la estación de autobuses, pero tampoco», recrimina.

Asegura que las ventas han caído de forma drástica y que lo que se vio ayer «era deprimente». Apenas hubo clientes. «Una compañera que vende frutos secos me comentaba que hasta que no se arreglen las cosas ya no vendrá más porque había vendido treinta euros en todo el día, desde las ocho de la mañana. Nos cobran diez por el puesto». apunta. Ese es otro de los puntos que causan fricción entre los vendedores y el Ayuntamiento. «Seguimos pagando las tasas cuando apenas podemos trabajar», insiste Ricardo Torres, quien, como Aarón Hernández, asegura que León es una de las zonas donde más restricciones se han puesto a la venta ambulante, de la que dependen cientos de familias.

tracking