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Tribunales

Vivir en prisión permanente revisable: el día a día de El Chicle y el parricida de Moraña en Villahierro

La cárcel leonesa alberga a dos de los más famosos condenados a prisión permanente revisable validada ahora por el Tribunal Constitucional

José Enrique Abuin Gey, asesino de Diana Quer. LAVANDEIRA JR. David Oubel Renedo, el parricida de Moraña. SALVADOR SAS

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León

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El Centro Penitenciario Provincial de Villahierro alberga a tres de los cerca de treinta reclusos condenados a prisión permanente revisable. José Enrique Abuin Gey ‘El Chicle’, autor de la muerte de Diana Quer y David Oubel Renedo, que acabó con la vida de sus dos hijas con una máquina en Moraña (Pontevedra) son dos de los afectados por la decisión del Tribunal Supremo de validar la aplicación de la pena, seis años después de que se presentara recurso de inconstitucionalidad contra su aplicación.

La prisión permanente revisable fue planteada por el Ministerio de Justicia de Alberto Ruiz-Gallardón y mantenida después por su sucesor Rafael Catalá. Concitó las críticas de toda la oposición durante la tramitación parlamentaria de la reforma del Código Penal. Entonces, en junio de 2015, diputados del PSOE, la Izquierda Plural, UPyD y Compromís junto a nacionalistas catalanes, vascos (PNV), canarios (Nueva Canarias) y gallegos (BNG) estamparon sus firmas en el recurso que presentaron ante el Tribunal Constitucional.

El tribunal avanzó este mes que la modificación del Código Penal efectuada en 2015 y que introdujo esa pena es conforme a la Constitución, y recuerda que la ponente ha tenido en cuenta pronunciamientos precedentes tanto del propio tribunal como del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) que consideran la revisabilidad de la pena como factor determinante de su legitimidad.

El primero de España

David Oubel se convirtió en el primer español en ser condenado a prisión permanente revisable, cuando el 31 de julio de 2017 la Audiencia de Pontevedra lo declaró culpable por los asesinatos de sus dos hijas, Amaia (4 años) y Candela (9 años). Tan solo dos años antes, el acusado cogió una amoladera eléctrica y, con ella, entró en el cuarto de las menores para herirlas en el cuello. Después, cogió un cuchillo y continuó con las estocadas. Las hermanas murieron desangradas tras ser degolladas. Permanece en Villahierro: «Está con los considerados presos más peligrosos. Es, concretamente, uno de aislamiento, pero él se aísla todavía más. No habla con nadie, ni presos ni funcionarios. Es una persona rara y muy especial», detalla un trabajador de Villahierro que considera a Oubel capaz de diferenciar perfectamente entre el bien y el mal. «En el caso de este gallego tampoco se aplica ningún tratamiento de rehabilitación de las patologías que pueda sufrir. Vive en otro mundo, el suyo. Él y otros que hicieron barbaridades como él no se someten a estos controles, por lo que el cumplimiento de condena no implica necesariamente que el preso regrese a la calle con garantías de no reincidir».

José Enrique Abuín Gey, ‘El Chicle’, fue declarado culpable el 17 de diciembre de 2019 por asesinar a Diana Quer (18 años) en Pueblo de Caramiñal, La Coruña, en agosto de 2016. Tras años más tarde, la Audiencia Provincial de A Coruña lo condenó a prisión permanente revisable por un delito de asesinato con alevosía para ocultar otro delito previo contra la libertad sexual de la víctima; una sentencia que fue confirmada meses después por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.

 

Recurso

El Tribunal Constitucional decretó esta semana que la prisión permanente cumple la norma legal

 

«Ahora está en un módulo de respeto, con presos nada conflictivos ni violentos. Alejado de narcos u otros internos agresivos que sí querrían engancharlo para ajustar cuentas». Sus compañeros en el día a día incluso socializan con los funcionarios: «Cumplen por delitos como haber matado a alguien por conducir borracho o por reincidencia en otros delitos que no implican sangre. Los propios internos gestionan y autogobiernan parte de sus actividades y tiempo. Hasta debaten sobre qué hacen bien o mal para mejorar la convivencia».

No son los únicos casos. Marcos Javier Mirás mató a su hijo de 11 años en Oza-Cesuras en el Día de la Madre, el 1 de mayo de 2017, golpeándolo en la cabeza con una pala de obra en una zona boscosa y de difícil acceso.

Compuesto por un total de 14 módulos, a los que se suman una enfermería, un módulo de aislamiento, uno sociocultural y otro de ingreso, Villahierro cuenta con un gimnasio, una escuela, un taller ocupacional, una peluquería, varias pistas deportivas, una capilla, un aula de informática y de enseñanza y una piscina en los distintos módulos para el uso de los reos durante el tiempo que permanecen fuera de sus celdas, en las que, además, cuentan con una pantalla de televisión individual de 32 pulgadas.

Además, la prisión leonesa está a la cabeza de las demás cárceles de España en reinserción, y es que en el año 2001 se convirtió en la pionera a nivel nacional en la implantación de los llamados módulos de respeto.

¿Cómo es el día a día de estos tres presos? La prisión tiene una capacidad para 1.008 personas, estando cada celda ocupada por un condenado. Entre doce terroristas y una veintena de presos musulmanes con tendencias yihadistas, dos de ellos vinculados a Al Qaeda, conviven diariamente entre las 07.45 y las 20.45 horas, el horario de libertad que tiene el centro hasta que se cierran los barrotes de las celdas.

A cambio, estos obtienen ciertas libertades, como la posibilidad de tener sus celdas abiertas. En la actualidad este proyecto se lleva a cabo en la mayoría de prisiones españolas, que lo han tomado como un referente.

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