El 20% de las aguas residuales de León no se tratan por la falta de medios en 280 pueblos

La Encuesta de Infraestructura y Equipamientos Locales de la Provincia de León, elaborada todos los años por la Diputación, ha puesto de manifiesto el incumplimiento de la administración de su obligación de depurar sus aguas residuales.

Según este informe, 280 núcleos de población de la provincia de un total de 1.381 no cuentan con servicio de depuración, lo que significa que el 19,9 por ciento de los 26.447.869 metros cúbicos que se vierten al año en los ríos de la provincia, están si están sin tratar. Es decir, 5.263.126 metros cúbicos de aguas sucias acaban en los cauces. Además, hay un total de 16 municipios que no depuran sus aguas.

Por partidos judiciales, el que presenta un mayor grado de cumplimiento es Sahagún, que trata el 92,9 por ciento de su caudal, seguido de La Bañeza y Villablino, con un 89,9 por ciento cada uno. Después iría León, que tiene un caudal tratado del 86,6%, seguido de Astorga, con el 73,9%, Ponferrada, con el 69,6 por ciento, y por último Cistierna, con el 46,9 por ciento de sus aguas depuradas.

El informe también hace referencia al estado de conservación de las estaciones depuradas. De las 1.355 repartidas por toda la provincia, 487 tienen problemas técnicos que impiden su correcto funcionamiento, mientras que 168 están fuera de uso o abandonadas.

Según afirma el informe, la depuración de aguas residuales cierra el ciclo del agua para el consumo humano. A pesar de ser un elemento más del saneamiento, se individualiza su tratamiento por ser éste el que menor grado de implantación y satisfacción presenta en el conjunto provincial en comparación con el resto de los considerados servicios básicos.

Para revertir esta situación, la Junta de Castilla y León, administración competente en esta materia, anunció el pasado mes de enero la inminente licitación de 167 millones de euros en esta legislatura para financiar 370 actuaciones de depuradoras en municipios de entre 500 y 2.000 habitantes equivalentes la comunidad. Para ello, ya se ultiman y configuran programas con las diputaciones provinciales y consistorios, en un plan que verá la luz en breve.

La Consejería de Fomemto y Medio Ambiente se centra ahora en ofrecer a las diputaciones un nuevo programa, para el que ya se están manteniendo encuentros al más alto nivel, con el fin último de alcanzar a los municipios de entre 500 y 2.000 habitantes. De cada nueva infraestructura la Junta está dispuesta a aportar una parte a fondo perdido, mientras que el resto lo financiaría a 10 años a las diputaciones y hasta 25 a los ayuntamientos.

Una vez que se pueda cumplir con este programa Castilla y León tendría cubierta una parte importante del saneamiento y depuración de la Comunidad, con especial incidencia en la España Vaciada, aunque siempre a expensas de atender el servicio de los pueblos menores de medio millar de habitantes equivalentes, es decir, el último tramo de la cadena.

DIAGNÓSTICO DE LA CHD

Un reciente informe elaborado por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) con datos de 2018 afirma que el 82% de las masas de agua de río de la provincia de León se encuentran en buen estado. Esto significa que 97 masas de aguarío leonés, de un total de 118, alcanzan el buen estado. «Este dato es comparativamente muy superior a la media de la cuenca del Duero, donde únicamente un 57 % de masas de agua se encuentran en buen estado», afirma el organismo de la cuenca.

De todos modos, los ríos de la provincia soportaron el año pasado un total de 1.115 vertidos, que dejaron tras de sí 115.340.339 metros cúbicos de aguas residuales de distinta naturaleza. De ellos, 1.016 vertidos —56.937.649 metros cúbicos— tenían procedencia urbana y fueron clasificados como «asimilables», mientras que 90, que arrojaron 1.644.250 metros cúbicos, eran vertidos industriales. En otros dos casos se vertieron 3.733.600 metros cúbicos procedentes de refrigeración, en otros cinco casos 41.469.840 metros cúbicos de vertidos procedentes de piscifactorías y dos de ellos vertieron 1.555.000 metros cúbicos de aguas de achique de minas.

En lo que se refiere a la distribución de los vertidos de naturaleza urbana, según su población equivalente, el 82% de los mismos son vertidos de muy pequeño volumen (meos de 250 habitantes), mientras que tres vertidos urbanos fueron de mayor entidad de la provincia. De hecho, según CHD, León, Astorga y La Bañeza engloban, por sí solos, un 60% de la carga contaminante total (medida en el agua residual bruta, previa a la depuración de la misma).

Aunque el número de vertidos con tratamiento no adecuado es todavía elevado en León (un 38%), la mayor parte de ellos provienen de pequeños núcleos de población, con cargas contaminantes y volúmenes de vertido muy pequeños. Esto hace que el porcentaje de población (habitante equivalente) de la provincia que dispone ya de tratamiento adecuado de sus aguas residuales es muy superior, un el 83%, correspondiéndose con el 90% del volumen anual de vertido.