Diario de León

Ponencia | Alfonso Jiménez Rodríguez-Vila, presidente de Cascajares

Aquellos 700 capones con los que empezó Cascajares

Alfonso Jiménez Rodríguez-Vila, presidente de Cascajares. RAMIRO

Alfonso Jiménez Rodríguez-Vila, presidente de Cascajares. RAMIRO

León

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Con el desenfado que aplica Alfonso Jiménez Rodríguez-Vila para relatar la historia, parece que la de Cascajares fue una iniciativa sobre ruedas, sin problemas, sin torceduras; las hubo; la primera, que el socio fundador supo "lo que era la cuenta de resultados" el día que su padre colocó un candado en el almacén de cereal de la granja de vacuno con la que alimentaba a los capones, la primera remesa sobre la que se construyó todo. Luego, llegó la presencia en la carta del menú del banquete de la boda de los Principes de España , la boda real que lo cambió todo, y puso esta idea brillante que ya era marca de transformación de carne de ave, confitada o escabechada, en el foco de la celebridad .

"Nos eligieron porque éramos un  producto social, dijo la Casa Real, pero nos costó esfuerzo y tesón, hasta que aceptaron nuestra propuesta", recuerda ahora Alfonso Jiménez, en medio de una cadena de anécdotas que vienen a revelar que el éxito empresarial necesita de constancia. Anécdotas, como el día que se lanzó a rebufo de ser menú real e la venta a domicilio, y la empresa de reparto no pudo cumplir el compromiso de repartir 500 pedidos en Madrid, en víspera de Nochebuena, y el propio Alfonso Jiménez se lanzó con una furgoneta alquilada a poner el producto en el centro de Madrid. "Paré un taxi y le propuse el negocio de ayudarme a repatislo; subí a los domicilios; me daban propina; con la propina, pagué la factura del taxi".

Hoy Cascajares tiene cien empelados, dos fábricas, una en Canadá y otra en Dueñas (Palencia); desde Quebéc atiende el día de acción de gracias en Estados Unidos con el Pavo de Cascajares; con la de Palencia, el mercado europeo. En Canadá factura 8 millones de dólares. Y en total, mete en el mercado anualmente 80.000 envases de productos cárnicos; de pavo, capón, pollo, pularda, o cordero y cochinillo. "Nada podr´çia ser posible si en 1994 no "coloco 700 capones  envasados en porciones de muslo y pechuga de capón en un tiempo récord de quince días". "Así salió a delante esta empresa".

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