Las aportaciones hídricas apenas llegan al 50% de la media de los últimos 25 años
La Comisión de Desembalse fija el agua de la campaña de riego, con 15 días decisivos por delante
Villameca, en una imagen de archivo, almacena 10,9 hm3 de los 20 que tiene de capacidad. JESÚS
Los próximos quince días serán decisivos para el devenir de la campaña de riego de este año en León, con sistemas en precario como el Tuerto, que se encuentra en muy mala situación, al 55 por ciento de sus reservas. El escenario, marcado por el otoño seco y el invierno extremadamente seco, ha dejado las aportaciones hídricas rozando la mitad de la media de los últimos 25 años.
La Comisión de Desembalse de la cuenca del Duero fijó ayer los volúmenes mínimos de reserva de los embalses a 30 de septiembre ante el inicio de una campaña de riego «incierta» marcada por la sequía.
En un comunicado, la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), Cristina Danés, destacó la necesidad de «trabajar conjuntamente para preservar un recurso valioso y escaso como es el agua, a través de una gestión eficiente y realista en toda la cuenca».
El organismo regulador explica que la campaña anterior acabó con (1.184 hectómetros cúbicos), por encima de la media de los últimos 25 años, pero «un otoño e invierno seco y extremadamente seco, con los valores pluviométricos registrados más bajos desde 1951 en el periodo enero-febrero, ha situado los sistemas Tera, Orbigo, Támega-Manzanas, Pisuerga, Arlanza, Riaza- Duratón, Tormes y Agueda en situación de sequía prolongada».
Además, según el último informe del Plan especial de sequía, están también en alerta por escasez hidrológica los sistemas Carrión, Pisuerga, Cega, y Támega- Manzanas y Alto Tormes.
Esta escasez de precipitaciones, tanto en forma líquida como en forma de nieve, ha provocado que, desde el inicio del año hidrológico (1 de octubre de 2021) hasta la fecha, las aportaciones de entrada a los embalses gestionados por la CHD en la totalidad de la cuenca «hayan sido tan solo del 52 por ciento del valor correspondiente a la media de los últimos 25 años».
Los embalses de la cuenca gestionados por la CHD cuentan hoy con una reserva de agua embalsada de 2.048 hectómetros cúbicos, lo que representa un 71 por ciento de su capacidad total, un registro que supone casi seis puntos porcentuales menos que la media de la última década y 13 por debajo de la reserva hidráulica de hace doce meses.
La situación actual es irregular según sistemas de explotación. Todos están por debajo de los valores medios de reservas, salvo los embalses del sistema Esla y del sistema Adaja.
La peor situación se encuentra en los sistemas Carrión, Pisuerga y Tuerto, donde las reservas no llegan al 60, 45 y 55 por ciento, respectivamente. La Comisión reunida debatió ayer los valores propuestos desde las distintas juntas de explotación, celebradas entre el pasado 23 de febrero y el 10 de marzo.
La propuesta que ha presentado la Confederación Hidrográfica ha tenido en cuenta esas propuestas surgidas de las distintas Juntas de Explotación, las determinaciones del Plan Especial de Sequía y el cambio de tendencia en las aportaciones visto en marzo.
Así, la Comisión de Desembalse ha aprobado los volúmenes mínimos de reserva de los embalses de la cuenca gestionados por la CHD, para el 30 de septiembre de 2022.
En concreto, en el Tera será de 165 hectómetros cúbicos; en el sistema Orbigo y embalse de Barrios de Luna 25; en el Tuerto/Villameca de 2 hectómetros; en el Porma de 60; en el Esla/Riaño de 150; y en Carrión/Compuerto y Camporredondo de 20 hectómetros.
Por su parte, en el sistema Pisuerga-Bajo Duero y los embalses de Cervera, La Requejada y Aguilar 40 hectómetros; en Arlanza/Arlanzón y Urquiza 40; en Alto Duero/Cuerda del Pozo 65; en Riaza/Linares del Arroyo 10 hectómetros cúbicos; en Adaja/Las Cogotas 15; en Eresma/Pontón Alto 2,5; en Tormes/Santa Teresa 160; y en Irueña/Agueda 40 hectómetros cúbicos.
Por su parte, el presidente de la Federación de Regantes del Duero (Ferduero), Ángel González Quintanilla, aseguró ayer que habrá que esperar «dos o tres semanas» para evaluar el estado de los sistemas, de los que preocupan especialmente el Pisuerga-Bajo Duero, el Carrión y el Tuerto. Quintanilla afirmó que dentro de 15 días se volverán a reunir las juntas de explotación para analizar la situación.