Diario de León

Los estragos de la lluvia

Un dique desviará el río de carbón de La Robla al arroyo de Alcedo

La riada anega Cebrones del Río, por la crecida del Órbigo, y Cimanes de la Vega, por el Esla

Restos del carbón acumulado en La Robla procedente de la riada negra.JESÚS F. SALVADORES

Restos del carbón acumulado en La Robla procedente de la riada negra.JESÚS F. SALVADORES

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A. Medina / A. Rodríguez / M. Suárez / M. Carnero / M. Rabanillo
León

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Un dique a la altura de la balsa de decantación del túnel de La Robla y un desvío desde esa zona al Arroyo de Alcedo, que desemboca en el río Bernesga, evitará que llegue al casco urbano de la localidad el río de carbón procedente del cielo abierto de Santa Lucía de Gordón, propiedad de la Hullera Vasco Leonesa (HVL). Esta solución ha sido determinada por varios técnicos del Servicio Territorial de Industria y de Medio Ambiente, los responsables de la empresa Tragsa, de la administración concursal de la Hullera Vasco Leonesa y del Consistorio, según informa la Junta en un comunicado.

El delegado territorial, Juan Martínez Majo, y el alcalde de La Robla, Santiago Dorado, visitaron ayer la zona en la que se trabajaba ayer para prepararse ante la alerta de lluvias del ciclón Elsa.

Además de las secuelas en La Robla, la riada llegó ayer a otras localidades del sur de León. El Órbigo, en nivel de alarma durante toda la jornada se desbordó en Cebrones del Río, y afectó a la zona de la playa fluvial y de ocio y deporte. El río llegó alcanzar los 3,07 metros de altura, con 257,5 metros cúbicos por segundo. Una zona que quedó anegada, al igual que otras colindantes al río, a causa de las lluvias, pero también del agua del Órbigo que se vio crecida del gran caudal que traía el río Tuerto tras el desembalse del pantano de Villameca el pasado lunes. El alcalde, Amado Fernández, aseguró que el agua se fue acumulando en la zona de ocio en la tarde-noche del pasado martes, pero su altura se fue reduciendo a lo largo del día de ayer dejando aún así una importante acumulación de agua, afectando incluso al bar del pueblo próximo a la zona. «Por suerte no tenemos que lamentar daños», resaltó Fernández, que apuntó que «sólo varios vecinos tuvieron que salvar a un perro que se quedó atrapado por la inundación».

 

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El Esla, que el martes demostró toda su fuerza anegando carreteras, choperas y espacios públicos, ayer dio una pequeña tregua. An así el complejo de la Isla de Valencia de Don Juan estuvo todo el día con agua y en la zona de las piscinas permanecía inundado el aparcamiento, aunque ya no las instalaciones del polideportivo.

Más al sur la situación era todavía muy preocupante. A la altura del puente de Villafer el agua continuaba campando a sus anchas por choperas y fincas de cultivo, llegando a obligar, en algún momento, a cortar la carretera a Villaquejida.

La peor situación la sufrían aun los vecinos de Cimanes de la Vega que veían como parte del Esla se había metido prácticamente en sus casas, llegando a correr por algunas calles del pueblo y casi cortando el acceso a algunas viviendas. El colegio también se inundó y los trece alumnos del centro recibieron las clases en Villaquejida.

Información elaborada por: A. Medina, A. Rodríguez, M. Suárez, M. Carnero y M. Rabanillo.

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