El oso sigue colonizando la Cordillera Cantábrica y ya suma 370 ejemplares

El oso pardo sigue colonizando la Cordillera Cantábrica y su población ya alcanza los 370 ejemplares, según la estimación poblacional presentada hoy por las comunidades autónomas de Castilla y León, Asturias, Cantabria y Galicia, y un censo que se ha estimado gracias a un sistema de técnicas genómicas y modelos de estima poblacional de captura y recaptura.

La mejor noticia de este balance es que la subpoblación oriental ha experimentado un fuerte crecimiento, pasando de los 50 ejemplares que se contabilizaban antes de 2020, a los 120 que se han reflejado en este nuevo estudio, en el que se han realizado trabajos de campo en 16.700 kilónetros cuadrados de toda la cordillera, y en el que también ha participado el Ministerio para la Transición ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), así como la Universidad Autónoma de Barcelona y el Instituto de Investigación de Estudios Cinegéticos (CSIC-UCLM-JCCM). 

Son 210 los machos contabilizados —el 56 por ciento de la población— frente a las 160 hembras y León es la provincia con más ejemplares de oso pardo de toda la cordillera. Junto con Palencia, alberga el 53% de los ejemplares, la gran mayoría en el occidente de la provincia de León  donde habitan 108 individuos. El resto,  los comparte con la Montaña Palentina en la mencionada población suboriental, que en este territorio suma 89 osos. En Asturias se estima un población de 131 ejemplares, en Cantabria, 31 ejemplares y en Galicia se censan 11, todos ellos machos. 

El censo fue presentado ayer en la Delegación Territorial de la Junta por el director general de Medio Natural de la Junta, José Ángel Arranz, junto a sus homólogos de Asturias, Cantabria y Galicia. De hecho, el trabajo de coordinación entre las cuatro CCAA ha sido esencial para sacar adelante un proyecto en el que se han implicado agentes de campo de todas las administraciones autonómicas, según señaló Arranz, que han recorrido más de 7.506 kilómetros en busca de muestras. Todos ellos alabaron el trabajo coordinado entre las administraciones autonómicas y destacaron las «buenas noticias» un día de «celebración» en torno a la especie.

El director general explicó que lo más novedoso de este nuevo censo es la amplitud del muestreo, ya que nunca se había abordado un estudio «con tanto territorio y con tanta intensidad en la toma de muestras», señaló el director general,  quien remarcó que el crecimiento detectado en la subpoblación oriental supone un «salto cuantitativo importante» para el desarrollo de la especie cantábrica.

Ahora el reto es compatibilizar la presencia del oso, como se ve cada vez más constante, con las actividades y los usos tradicionales de las áreas en las que se asientan, además de incrementar las medidas preventivas contra los daños que pueden provocar especialmente en las explotaciones apícolas aunque, según Arranz, estos «se van reduciendo».

También mencionó los protocolos que hay en marcha para el encuentro con osos y para compartir el territorio con las  actividades cinegéticas y de ocio y naturaleza.

Una técnica no invasiva

El estudio se ha realizado mediante la técnica SCR, basada en genética que es, a día de hoy, la más utilizada para la estimación de tamaños poblacionales de especies que no son reconocibles por características externas.

Al no precisar de capturas físicas para marcaje, es además la técnica menos invasiva y la más indicada para especies amenazadas.

Estos resultados demuestran en primer lugar la consolidación de la subpoblación occidental de osos pardos, con dos tercios de la población total de la cordillera, que ha permitido su expansión hacia las provincias de Lugo y Ourense en Galicia, así como a la zona norte de la provincia de Zamora.

El crecimiento constatado en la subpoblación oriental supone un resultado muy satisfactorio ya que estuvo próxima a su extinción.