Diario de León

Ramos Gordón dio al menos tres misas durante el año en el que fue privado de oficiar sacramentos

Una de las víctimas del sacerdote pide una Comisión del Papa "que restituya el honor a las víctimas"

El obispo junto a Javier Redondo, uno de los encubridores de Ramos Gordón en el seminario de La Bañeza

El obispo junto a Javier Redondo, uno de los encubridores de Ramos Gordón en el seminario de La Bañeza

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CRISTINA FANJUL/DIARIO DE LEÓN
León

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El sacerdote condenado por pederastia, José Manuel Ramos Gordón, ofició como sacerdote en al menos tres misas (dos en Tábara y otra en Veguellina de Órbigo durante el año de su condena). Esta sentencia , que se hizo pública en 2016 ordenaba que Ramos Gordón fuera apartado del cargo de párroco de Tábara (Zamora) y trasladado a la residencia sacerdotal de Astorga para realizar labores de cuidado de  sacerdotes ancianos durante un año, además de ser privado de la celebración de los sacramentos en público por los abusos en cometidos en el seminario menor. 

Una de las víctimas de Ramos Gordón, Javier, que sufrió abusos junto a su hermano y que fue el primero en denunciarlo, asegura que el obispo Menéndez le prometió "mirándome a los ojos" que haría cumplir la sentencia. "Me mintió, como siempre. Y sé que si yo no lo hubiera sacado a la luz pública, lo habrían tapado todo", asegura. Javier considera que el hecho de que el sacerdote continúe viviendo en la casa sacerdotal de Astorga es " una carcajada" en el rostro de las víctimas . "Creo recordar que el obispo aseguró que la condena se cumpliría de manera inmediata", dice. 

Javier niega las declaraciones que Juan Antonio Menéndez realizó esta semana a la cadena Cope. "Nunca, nunca he pedido dinero a cambio de mi silencio y ese ataque demuestra que saben que lo están haciendo muy mal". "Exijo una comisión papal. Tienen que venir a arreglar este despropósito como en Chile", reivindica. Javier considera que sólo ellos pueden tomar acciones severas. "Nos tienen que restituir el honor a las víctimas, nos reparen y nos atiendan porque lo único que nos infligen con cada decisión es más dolor", destaca.

Ayer, Diario de Léon informaba de que Ramos Gordón continúa en la casa sacerdotal de Astorga a pesar de la condena de diez años de reclusión en un monasterio, según la sentencia de Roma. El sacerdote de Veguellina de Órbigo fue denunciado por otra persona que sufrió sus abusos sexuales cuando el cura era profesor en el colegio Juan XXIII de Puebla de Sanabria. Hay que destacar que fue a raíz de estas agresiones que Ramos Gordón fue trasladado al seminario de La Bañeza, donde continuó abusando de alumnos. El condenado, en conversación telefónica con este periódico, explicó que ha recurrido la sentencia a Roma por indicación de su asesor, si bien no precisó si durante el proceso se declaró culpable. El propio obispo de Astorga aseguró el 17 de septiembre que el sacerdote, en el proceso por lo ocurrido en el Juan XIII, «no aclaró (los abusos sexuales) suficientemente», pero todas las circunstancias que recoge la investigación llevan a la «certeza moral» de que existió el delito. 

El vicario judicial, Mario González aseguró no conocer este extremo y dijo no conocer los plazos de la resolución del recurso, una información a la que ha tenido acceso Diario de León. Según el Derecho Pontificio, el condenado dispone de 60 días desde la sentencia para recurrir  y su recurso suspende la ejecución de la sentencia hasta que se resuelva. El proceso se puede dilatar durante varios meses. Si no hubiera recurrido, pasados 60 días, con un decreto del obispo se hubiera ejecutado. Es decir, la condena no es automática y el obispo tiene un margen de tiempo para ejecutarla.

 

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