Diario de León

ALBERTO RÁBANO DIRECTOR DEL BANCO DE CEREBROS DE LA FUNDACIÓN CIEN

«El cerebro del donante debe tener un seguimiento clínico en vida»

El científico y director de la fundación Cien Alberto Rábano, a la izquierda, antes de su conferencia. F. OTERO PERANDONES

El científico y director de la fundación Cien Alberto Rábano, a la izquierda, antes de su conferencia. F. OTERO PERANDONES

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

c. f. a. | león

El director del Banco de Tejidos de la Fundación Cien, Alberto Rábano, impartió ayer una conferencia en León titulada Hacia un banco de cerebros en España, organizada por Alzheimer León. El científico destaca la importancia de la donación de tejidos cerebrales para la investigación y subraya que se trata de una herramienta insustituible en el estudio de las enfermedades neurodegenerativas. Además, advierte de la necesidad de superar las limitaciones impuestas por la distribución administrativa impuesta por las comunidades autónomas y aboga por crear una gran red nacional.

—¿Cuándo y de qué manera se pone en marcha el banco de la fundación que usted dirige?

—Nuestro proyecto se inicia en 2010, si bien es heredero del que yo también ayudé a crear en la facultad de Medicina de la universidad Complutense. Los primeros diez años costó mucho trabajo lograr donaciones de tejido cerebral. Si lo conseguimos fue en gran parte gracias a la ayuda de las asociaciones de enfermos. Podemos decir que hemos tardado una década en tener un buen número de donaciones.

—¿Cuántas donaciones reciben?

—Tenemos una cifra muy buena: alrededor de 400, un número cuyo secreto está en pensar que recibimos cien anuales. En cualquier caso, es importante recordar la necesidad de seguir donando porque el tejido cerebral se agota.

—¿Clasifican los tejidos en función de sus enfermedades?

—Sí. Parte del tejido lo dedicamos a confirmar la enfermedad que tenía el paciente y la otra la congelamos para la investigación.

—¿Tienen muestras de todas las enfermedades neurológicas?

—La más común es el alzheimer, pero tenemos demencias de todo tipo, como el parkinson, por ejemplo.

—¿Desarrollan proyectos de investigación o ceden tejido para otros proyectos?

—Nosotros tenemos nuestros propios proyectos, pero nuestras muestras han participado en importantes investigaciones. Por ejemplo, se descubrieron nuevas mutaciones genéticas de ELA. Esto, no obstante, ocurre con frecuencia e indica la importancia de que los bancos se coordinen entre ellos.

—¿Y eso es ya una realidad?

—En España hay, desde el 2014, una red de biobancos que en su gran mayoría están en hospitales.

—¿Alguno de ellos les ha pedido ayuda?

—Hemos atendido todas las solicitudes para ayudar a poner en marcha nuevos bancos. Es el caso del de Murcia, el Reina Sofía de Córdoba, el de Salamanca o el de León.

—¿Qué opinión tiene del banco de León?

—En León hemos conseguido que el servicio de anatomía patológica se haga cargo de las donaciones que se realicen aquí.

—¿Es caro ponerlo en marcha?

—Un banco de cerebros es barato. Requiere un patólogo, dos técnicos y un servicio abierto las 24 horas del día para recibir donaciones. El coste anual no es muy alto: entre cien mil y 150.000 euros. Ha habido algunos problemas, pero hay que destacar que de los doce bancos que se han abierto, ninguno ha cerrado.

—¿Se ha modificado de alguna manera el diagnóstico gracias a los bancos?

—Lo que ha ocurrido es que enfermedades que se clasificaban de una determinada manera, como las demencias frontotemporales, han sufrido una revolución en su conocimiento y eso ha ocurrido gracias a que ha habido cerebros disponibles.

—¿Han emulado algún modelo?

—Hemos promovido un modelo muy anglosajón porque pensamos que el mejor ejemplo es el del Reino Unido. Tenemos el mismo nivel de donaciones que ellos, pero Gran Bretaña tiene más financiación. Además, han creado una red nacional de banco de cerebros que aquí no existe porque los bancos son muy jóvenes.

—¿Afecta de algún modo la división administrativa española?

—Sí, claro que afecta, porque tiene limitaciones por su financiación.

—¿Echan de menos alguna medida que pueda ponerse en España?

—Algo muy importante para nosotros es que cada persona que se haga donante pueda tener un seguimiento clínico regular, con el fin de que la historia clínica sea lo más amplia posible, para saber cómo ha funcionado el cerebro de esa persona durante toda su vida.

—¿Qué tienen en común los cerebros enfermos?

—Por lo general, siempre hay una proteína anómala. Poco a poco, vamos descubriendo más, pero no siempre es la misma causa. Hay factores de riesgo, como la edad, por ejemplo.

—¿Hay mecanismos que podamos poner en marcha para evitarlo?

—Se ha demostrado que hay cosas que podemos modificar en las edades medias de la vida, como el ejercicio, la dieta y la actividad intelectual. Ahora sabemos que tenemos una reserva cognitiva que nos ayuda a estar sanos. A mayor nivel educativo, por ejemplo, menor es el riesgo.

tracking