Diario de León

Razas ganaderas autóctonas

«La extinción de razas autóctonas perjudica a la biodiversidad»

La vaca mantequera leonesa y la oveja blanca berciana son dos razas autóctonas de la provincia extinguidas. El 70% de los linajes ganaderos propios están amenazadas en España y un 10% extintos. La veterinaria Elena Velado estudia por primera vez su valía ecológica en la biodiversidad y la seguridad alimentaria en una tesis doctoral.

Elena Velado Alonso estudió Veterinaria en León y se doctoró en Alcalá de Henares. MARCIANO PÉREZ

Elena Velado Alonso estudió Veterinaria en León y se doctoró en Alcalá de Henares. MARCIANO PÉREZ

León

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Cuando en los años 80 se empezó a clamar por la desaparición de especies silvestres, nadie advirtió de que el abandono de las razas ganaderas autóctonas también tendría consecuencias en la biodiversidad. Y si alguien lo hizo, nadie le escuchó. La ganadería tradicional extensiva daba el paso a la industrialización después de 7.000 u 8.000 años de existencia, casi sin cambios prácticamente desde la Edad Moderna.

Víctimas de los cambios en los usos agrarios y ganaderos, con el abandono del campo y el mundo rural, fueron especies como la mantequera leonesa que hoy se intenta rescatar de unos genes salvados casi por casualidad o la oveja blanca berciana, de la que no existe más recuerdo escrito que su mención en un catálogo de ganadería.

La veterinaria leonesa Elena Velado es una de las primeras investigadoras que profundiza en la ecología de las razas ganaderas autóctonas, consideradas un «bien público» por el Banco Mundial. Los paisajes ganaderos no se sabe a ciencia cierta desde cuándo son dominantes, pero se desde hace al menos mil años tiene un impacto en la diversidad silvestre (500 años en América). Además, «son razas adaptadas a las condiciones de su entorno y por su variabilidad genética son importantes para la seguridad alimentaria y », comenta la autora de la tesis doctoral Ganadería y Biodiversidad. Determinantes ecológicos y funciones de la diversidad de razas ganaderas en la España peninsula r. Detrás de una vaca, una oveja, una cabra, un cerdo o un asno hay más que un animal productor, de carga o de tracción. Forman parte de la cadena de la biodiversidad.

Este trabajo, calificado con sobresaliente cum laude en la Universidad de Alcalá de Henares y dirigido por Antonio Gómez Sal, abre una vía desde «una perspectiva ecológica, genética y de producción animal» con una visión holística del problema y posibles soluciones. La tesis arranca con la distribución geográfica de las razas autóctonas en España, con el apoyo de mapas de finales del siglo XIX y principios del XX encontrados en la Biblioteca Nacional.

En aquella época León aparece como cabeza de una provincia agronómica que integran también Santander, Palencia, Zamora y Salamanca con un total de 2,2 millones de cabezas (1,4 millones de ganado lanar) y la sexta provincia por superficie y valor de sus pastos.

El ejemplo más visible
​«Zonas que eran pastadas por ovejas y ya no lo son han sufrido un proceso de matorralización»

«En España existe una gran tradición con razas importantes históricamente que han sido exportadas», apunta. El caso de la oveja merina es paradigmático por su importancia económica ya en la Edad Media, que la convirtió en un animal deseado fuera de las fronteras peninsulares, como también el burro zamorano-leonés se enviaba como reproductor a Alemania y otros países por las buenas mulas que da.

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Actualmente, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa), de las 177 razas ganaderas autóctonas catalogadas un total de 112 están en peligro de extinción, 17 ya están desaparecidas y 28 están en fomento ganadero. Existen ocho razas de fomento bovino, 10 de ovino, seis de caprino, tres de porcino y ninguna asnal. En peligro de extinción hay 32 razas bovinas, 34 ovinas, 16 de cabras, nueve de porcino y seis asnales. Y extintas figuran 9 de bovino, una de ovino, dos de caprino y cinco de porcinos. El país con más variedad de razas bovinas y caprinas es Reino Unido (107 y 109 respectivamente), mientras que Italia destaca con sus 57 razas de ovejas, China por 142 razas de cerdos.

En la provincia de León figuran como extinguidas la mantequera leonesa —aunque el Estado simplemente no la menciona— que ahora se intenta recuperar en el Alto Sil y Laciana, la oveja blanca berciana y la vaca berciana y en peligro de extinción el burro zamorano-leonés y la merina negra (que cuenta en León con el rebaño más grande que hay en España de esta raza).

Las ovejas son la raza ganadera más abundante, con diferentes variedades por zonas geográficas, y las vacas están bastante distribuidas en el norte y oeste de España. La tesis de Velado aporta resultados novedosos como la existencia de «patrones semejantes entre la distribución de las razas ganaderas autóctonas y las especies silvestres de vertebrados», lo que relacionan con «el importante papel ecológico del ganado extensivo en España, al favorecer la creación de hábitats de mayor calidad que fomentan la presencia de especies silvestres», explica la veterinaria.

Políticas públicas como la PAC, añade Velado, deben tener en consideración a las razas autóctonas y la ganadería extensiva «como parte de los hábitats protegidos y un elemento que puede favorecer la conservación de las especies». Con la industrialización, «la gestión de las razas se está desligando del ambiente». Lo que queda «son vestigios de la diversidad de razas que existía». «Ya no ocupan tanta superficie»al ir decayendo o desapareciendo de forma pareja «con el abandono agrícola y rural de lo que ahora se llama la España vaciada».

La distribución de las razas ganaderas está condicionada por factores humanos y ambientales y ahora se teme que el cambio climático tenga también efectos negativos en la desaparición de más linajes ganaderos. lena Velado advierte de que su conservación debe «atender no sólo a factores demográficos, sino también a factores ecológicos y socioculturales».

«La desaparición de las razas ganaderas autóctonas y los sistemas ganaderos extensivos está teniendo consecuencias en la conservación de la biodiversidad», recalca la autora. En un artículo publicado en The conversation pone el ejemplo de la influencia de los herbívoros domésticos «en la estructura de la vegetación, en la diversidad animal que depende de esta y, por tanto, en la dinámica de las comunidades. Como también, «las deposiciones del ganado contribuyen a la disponibilidad de nutrientes y a su circulación en el agroecosistema», por lo que «el ganado ayuda a configurar paisajes más heterogéneos y complejos».

La doctora en Veterinaria reivindica el papel los animales domesticados los ecosistemas. «Las zonas que eran pastadas por ovejas y ya no lo son han sufrido un proceso de matorralización y hay mayor riesgo de incendios», subraya. La tesis doctoral, que ha ya dado lugar a diversas publicaciones de impacto científico, es una herramienta para «entender que la gestión del territorio está muy ligada a los recursos locales».

«León cuenta con variedad de razas, lo que es una oportunidad económica, de identidad y de conocimiento», sostiene. Sin embargo, la provincia «tiene muy buenos pastos que se abandonan mientras hay que recurrir a la importación de piensos» en favor de razas más industriales.

Velado propone ecorregiones pecuarias que «sintetizan la variedad de posibilidades ecológicas y las que se distribuye la diversidad ganadera» como «una herramienta útil para avanzar hacia una gestión ganadera más racional, basada en la interpretación y aprovechamiento de la heterogeneidad ambiental», concluye.

Elena Velado es licenciada en Veterinaria por la Universidad de León, hizo el máster Agroecología, un modelo para la sostenibilidad rural y se doctoró en Ecología Conservación y Restauración de Ecosistemas. Es también miembro del grupo Noies al Lab que impulsa la ciencia en las niñas.

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