Diario de León

Fallece Santiago Grisolía, discípulo de Severo Ochoa

El eminente investigador fue un precursor de la divulgación científica Sus trabajos le hicieron ser candidato al Nobel

Santiago Grisolía falleció ayer en Valencia, a los 99 años de edad, víctima del covid. KAI FOERSTERLING

Santiago Grisolía falleció ayer en Valencia, a los 99 años de edad, víctima del covid. KAI FOERSTERLING

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EFE

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El científico Santiago Grisolía, discípulo del nobel Severo Ochoa, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1990, impulsor de la primera Conferencia Internacional sobre el Genoma Humano y promotor de los premios de investigación Rei Jaume I, falleció ayer a los 99 años en el Hospital Clínico de Valencia.

El profesor Grisolía destacó en áreas relacionadas con las bases moleculares del envejecimiento, los efectos del alcohol en el ser humano o los mecanismos de recambio y transporte de proteínas.

Grisolía, que se encontraba ingresado en este centro hospitalario, falleció sobre las 06.30 horas tras complicaciones por la covid-19, según han confirmado a EFE fuentes de la Fundación Premios Jaume I y del Consell Valencià de Cultura, órgano asesor de la Generalitat Valenciana en materia de Cultura que presidía.

El Gobierno valenciano declaró tres días de luto oficial por la muerte de Grisolía, cuya capilla ardiente se instalará hoy en el Salón Dorado del Palau de la Generalitat, entre las 10.30 y las 11.30 horas. Posteriormente se celebrará el funeral en el tanatorio de Valencia.

Recientemente, el pasado 7 de junio, Grisolía asistió al acto de lectura del fallo de los jurados de los Premios Rei Jaume I, los de mejor dotación económica del país, 100.000 euros para cada una de las categorías, con el compromiso de reinvertir una parte a la investigación y el emprendimiento en España. «Si no pedaleas, te caes» era la frase favorita del científico para destacar su necesidad de continuar una vida activa y su interés por salir todos los días de casa a cumplir con los compromisos de su agenda, según ha recordado la Fundación Premios Rei Jaume I, que él impulsó. Esta fundación estaba preparando una celebración conmemorativa para el centenario de Grisolía, que en enero hubiera cumplido cien años.

El científico ejerció la mayor parte de su trabajo como investigador en EE UU, donde comenzó como discípulo del Premio Nobel Severo Ochoa para más tarde pasar a tener sus propios laboratorios de investigación en Wisconsin (donde conoció a su esposa, Frances Thompson) y Kansas City. Sus trabajos en estos laboratorios le llevaron a completar el ciclo de la urea, lo que le llevó a estar nominado al Premio Nobel durante algunos años.

Estas buenas relaciones con numerosos científicos internacionales consiguieron que, una vez establecido de nuevo en Valencia, desde 1976, donde dirigió el Instituto Valenciano de Investigaciones Citológicas, creara, junto a una amplia representación de empresarios valencianos, la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados.

Fue esta fundación el espacio donde se celebraron numerosas reuniones internacionales de amplio prestigio internacional, como el Proyecto Genoma Humano (1988-2000) y también la que daría pie a la creación de la Fundación de los Premios Rei Jaume I.

Miembro de la Academia Europea de Ciencias y Artes, académico de honor de la Real Academia de Doctores de España y miembro fundador del Colegio Libre de Eméritos, Santiago Grisolía publicó más de 400 trabajos científicos e impartió docencia en universidades de todo el mundo.

El médico y bioquímico valenciano fue uno de los precursores de la divulgación científica moderna en España, logró elevar a la ciencia y la tecnología a niveles internacionales, y desde sus puestos de responsabilidad supo moverse como «pez en el agua» en círculos políticos, sociales y culturales.

Científico ejemplar, maestro de varias generaciones de investigadores y gran divulgador son algunas de las frases que utilizaron investigadores para referirse a Santiago Grisolía.

En el ámbito político, el president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, manifestó que Grisolía fue «nuestro faro científico», y la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, lamentó la muerte de «una de las mentes más brillantes» de España.

La directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), María A. Blasco, dijo de Grisolía que contribuyó a visibilizar la ciencia de excelencia y a poner a la Comunitat Valenciana y a España en el mapa de la ciencia internacional.

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