La Guardia Civil multa con 60 euros a un conductor por rascarse la oreja

Rascarse la oreja es motivo suficiente para que un patrulla de la Guardia Civil le coloque una multa de 60 euros. Así sucedió la pasada semana en una de las autovías de acceso a Madrid. Los agentes creyeron ver a un conductor hablando por el móvil, pero se equivocaron. El presunto infractor sólo se rascaba el lóbulo de su oreja derecha. «Iba rascándome la oreja. Le mostré la mano al agente para que viera que no llevaba teléfono. Me mandaron parar y uno de ellos me dijo que yo llevaba un móvil negro. Le dije que no, le enseñé mi móvil, que es gris, con mis últimas llamadas, aunque no las quería ver. Las dos eran del día anterior, tanto la última entrante como la última saliente». «Me han multado con 60 euros por rascarme la oreja. Yo no me lo creía hasta que tuve en mi mano el boletín de la denuncia y lo leí», afirmó alucinado el conductor. Los agentes le aplicaron el artículo 18 del Código de la circulación: conducir el vehículo sin mantener la propia libertad de movimientos. En otras palabras, como no se podía demostrar el uso del móvil, la Guardia Civil revisó la normativa hasta encajar la existencia de la oreja como un peligro para la circulación. La multa se la pusieron alegando que iba conduciendo «solamente» con una mano, algo que esta prohibido, aunque es una manía extendida entre los conductores.