«Ha sido una experiencia única, la mejor»
Usuarios del CRE disfrutan con las motos solidarias en la Academia Básica del Aire
El motero Javier espera para iniciar el recorrido a que el equipo del CRE suba a Manuel en la moto ayudados con una grúa. MIGUEL F. B.
Montar en la moto a Manuel Fernández requirió el apoyo de un equipo de profesionales ayudados por una grúa. Un proceso lento, minucioso y controlado para que este usuario del Centro de Referencia Estatal de Discapacidad y Dependencia (CRE) de San Andrés del Rabanedo pudiera disfrutar de diez vueltas en la moto que conducía Javier Cuadrado, uno de los 14 moteros solidarios que participaron ayer en la jornada organizada en las pistas del aeródromo de la Academia Básica del Aire. Manuel tiene 51 años y no puede hablar, pero con los movimiento de la cabeza confirma que la experiencia ha sido muy buena, que no le ha dado miedo y que volvería a repetir después de diez vueltas. A los mandos de la moto estaba la experiencia de Javier Cuadrado. «Por mi experiencia sé que les gusta los acelerones y eso es lo que hago, a una velocidad controlada de 60 kilómetros por hora. Hemos dado diez vueltas».
En la actividad participaron una veintena de usuarios del CRE. Algunos de ellos ya habían disfrutado de los viajes en vuelos adaptados, que se organizaron en el mes de mayo y que en otras ocasiones se ha realizado conjuntamente con las motos. Este es el primer año que las dos jornadas se separan para que no resulte agotadora para los participantes.
«Si para los usuarios es una experiencia terapéutica importante, para los moteros también porque la sensación que sentimos al verlos felices y el agradecimiento que nos muestran no tiene comparación con nada», explica Ramón Carro, presidente de Moteros Solidarios, asociación de la que forman parte 38 conductores que realizan una media de tres actividades solidarias al mes con distintas asociaciones.
El coronel Ignacio Dopablo se mostró «encantado» con abrir las puertas de las instalaciones para que las personas con alguna discapacidad puedan disfrutar de las actividades «de una manera segura e intensa».
Intenso fue el viaje para Silvia Lafuente, de 54 años, con parálisis cerebral. «He disfrutado mucho, es una experiencia única. Nunca había montado en moto, pero sí en el vuelo. No he tenido miedo pero le decía al motero que fuera un poco más despacio».
En las caras se podía intuir la satisfacción de la velocidad y el aire en el rostro, como la que tenía Susana Vélez, de 53 años, en silla de ruedas desde hace nueve años por una aneurisma cerebral. «Nunca pensé que en mi situación pudiera montar en moto. Ha sido una experiencia muy interesante. Hay que hacer lo que se pueda y disfrutar». Susana hizo el recorrido bien sujeta a Anselmo Tascón, que llegó a poner la moto a 90 km por hora en la segunda vuelta del recorrido.
Otros usuarios son reticentes a participar. Es el caso de Jose, de 57 años. «Hay que montar muchos telares para que yo suba, prefiero ver cómo disfrutan los demás».
En el acto estuvo el subdelegado del Gobierno, Faustino Sánchez, el teniente de alcalde de San Andrés del Rabanedo, Benjamín Fernández, la concejala de Deportes, Esperanza Crespo y la directora del CRE, Maite Gutiérrez.