«Los pacientes oncológicos son ahora mucho más vulnerables»

Estanislao Luis Calabuig asumió la presidencia de la Asociación Contra el Cáncer de León pocos meses antes de que el coronavirus obligara a cambiar el paso. Los pacientes oncológicos sufren esas consecuencias con más vulnerabilidad. La asociación evalúa las consecuencias sobre la salud del retraso de pruebas diagnósticas.

—¿Cómo calificaría el año 2020 para la asociación de León?

—Hemos tenido que prescindir de la relación personal y presencial con los pacientes de cáncer y sus familiares, como una de las señas de identidad de nuestra asociación. Sin embargo, hemos conseguido una comunicación constante a través de los sistemas telemáticos que nos brinda la tecnología actual. Añoramos lo anterior pero no nos hemos rendido.

—¿Qué programas han cambiado para adaptarlos a la nueva situación?

—Tuvimos que suspender las actividades de apoyo del voluntariado en hospitales y reprogramar la atención psicológica y social hacía metodologías que permitieran los contactos a distancia. Las actividades de formación y los talleres de asistencia se han cubierto de forma satisfactoria realizando foros en directo como el curso de deshabituación tabáquica o los talleres de ocio y bienestar en formato on line ; o colgando información en las redes sociales, como sesiones de Pilates o técnicas de relajación. Toda la plantilla teletrabajó y pasaron a prestar el servicio desde sus domicilios. Se ha optado por fórmulas estrictas en los préstamos de material ortoprotésico que implicaban nuevos protocolos y medidas de desinfección. Sin embargo no han podido desarrollarse los talleres de prevención en centros escolares o las actividades deportivas.  

—¿Qué programas han puesto en funcionamiento nuevos?

—El confinamiento ha puesto en valor algunas posibilidades que pueden ser desarrolladas en cualquier situación para aumentar la eficiencia de los servicios que ofrece la AECC. A nivel psicológico, la ampliación durante el confinamiento a toda la población, no solo de enfermos oncológicos; y la gestión del duelo por pérdida de seres queridos sin poder acompañarles. Y en el apartado social, los servicios de asesoramiento jurídico-laboral a los pacientes con cáncer y sus familias; y las ayudas económicas con un fondo extra de emergencia de tres millones de euros a nivel nacional que han permitido duplicar estas asistencias en la provincia de León.

—¿A cuántas personas han atendido este año?

—Todas las ayudas que presta la AECC son absolutamente gratuitas, sin que sea necesario ser socio; aunque también hay que resaltar que los mayores ingresos de financiación se obtienen precisamente de los socios. Durante este año se han beneficiado más de 1.300 personas, a través de los distintos canales disponibles, superando la cifra de 450 los que han sido atendidos físicamente en nuestras sedes. Durante el periodo de enero a mayo de este año, con los de los dos años anteriores, en todos los casos han sido superiores para el 2020, lo que podría significar una mayor necesidad como consecuencia del impacto de la pandemia en los hogares con enfermos de cáncer.

—¿Cuáles son las necesidades que han detectado y que antes no existían?

— Los enfermos de cáncer son población de alto riesgo frente a la covid-19 por tener reducidas las defensas inmunológicas. Se ha comprobado que en las pautas psicológicas los pacientes de cáncer están sufriendo de forma más dura que el resto de la población. Es evidente un aumento en las necesidades de apoyo por ansiedad y depresión, fundamentalmente asociados a problemas emocionales derivados del aislamiento y del miedo al contagio. Además, la mayor parte del colectivo de pacientes oncológicos, y sus entornos familiares, están derivando hacia situaciones de aumento en la vulnerabilidad social y económica ya que, entre otros indicadores significativos, el 45% de los gastos que genera el cáncer es soportado por la propia familia.

—¿Cómo ha afectado la pandemia a la recaudación de fondos?

—Las nuevas pautas demandadas para el distanciamiento en las relaciones sociales, y las normas de confinamiento que han dominado un periodo importante del año en curso, han determinado la restricción. La mayoría no se han podido realizar, o se ha recurrido a la versión virtual, por lo que la recaudación de fondos se ha visto reducida en un 40% este año, cuestión de gran importancia para afrontar la gestión funcional de nuestra Asociación, ya que las necesidades de los pacientes y familiares que se han atendido se han incrementado de forma sensible durante este mismo periodo. Sin embargo, hay que resaltar que la recaudación conseguida ha requerido de gran esfuerzo de imaginación y de entrega, por lo que su valor solidario hay que contabilizarlo como un gran incremento capital humano de la sociedad leonesa. La tradicional cuestación y la venta de lotería se han adaptado al cumpliendo de las medidas de seguridad, como la carrera por relevos de A Santiago contra el Cáncer, que este año se realizó por las calles de León, o las adaptadas al formato no presencial, como la Marcha de la Esperanza de La Bañeza, la Marcha de Ponferrada y la de Bembibre.

—¿Se ha tratado bien a los pacientes con cáncer en esta pandemia?

—Es una de la preocupaciones que han centrado la atención de la AECC. Se ha recordado que el cáncer sigue presente y que seguirá cuando se controle y disminuya el coronavirus, pero el periodo de yuxtaposición podría tener repercusiones negativas. Los casos oncológicos en tratamiento y las operaciones quirúrgicas necesarias siguieron su línea programada, incluso con mayor atención sanitaria, pero se han detectado ciertos retrasos explicados por la lógica consideración de la presión añadida en el preocupante riesgo de los enfermos oncológicos.

— Hay expertos y asociaciones que critican que el retraso en el diagnóstico ha provocado muertes y ha dejado en el limbo o en un segundo plano a los pacientes. ¿Cómo se ha notado ésto en León?

—Hay una parte de la incidencia de la pandemia y su relación con los casos de cáncer que aún está por conocer. Es, concretamente, el de episodios de cáncer de las personas en las que no se ha detectado por miedo a acudir a los centros sanitarios si no era considerado como una situación de urgencia, o los no manifestados en las pruebas rutinarias de control reducidas o aplazadas, como las que sin duda surgirán, cuando se calme la pandemia, en las pruebas de diagnóstico de mamografías o del cribado de sangre oculta en heces, aunque con un retraso que podría ser transcendental. La detección precoz en absolutamente vital.

—¿Cómo ha afectado la pandemia a la situación económica de los pacientes?

—En la provincia de León ya se observaban incrementos de solicitudes de ayudas de tipo sociapor la crisis económica global que llegaron a superar los 200 beneficiarios. Ahora se han incrementado estos efectos. A nivel nacional se ha destinado un fondo de tres millones de euros para atender esas necesidades más urgentes. Este año se han duplicado las ayudas.

—¿Cómo ha afectado la pandemia a la investigación?

—Los centros de investigación cerraron y muchos quedaron reducidos a otras actividades con el análisis de datos y redacción a partir de los de resultados ya obtenidos, pero paralizando los proyectos en curso. A los becarios financiados por la AECC-León, a los que se les ha prorrogado el tiempo y el presupuesto de forma proporcional al parón sufrido. Ya se ha fijado la inversión en una nueva beca, con un presupuesto similar al del año anterior de 88.000 euros y una duración de cuatro años. Desde el 2015, la AECC de León ha participado con más de 1.100.000 euros en la investigación que se gestiona desde la Fundación, que corresponden algo más de 600.000 al canon con el que participa la provincia y cerca de 450.000 para proyectos locales.