Diario de León

Cruzada contra la tristeza de los pequeños

Dos payasos leoneses llevan sonrisas a Ucrania

Una gala en el Teatro San Francisco el 30 de abril servirá para recaudar fondos para el programa de Payasos sin Fronteras en Polonia para los menores ucranianos refugiados. Payasos leoneses viajan desde hace años al rescate de los menores tras años de conflictos.

La ‘troupe’ de cuatro Payasos sin Fronteras, en un polideportivo con niños y niñas ucranianos refugiados en la frontera de Polonia, la semana pasada. PAWEL BANASZCZYK

La ‘troupe’ de cuatro Payasos sin Fronteras, en un polideportivo con niños y niñas ucranianos refugiados en la frontera de Polonia, la semana pasada. PAWEL BANASZCZYK

León

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Allí donde hay una tragedia las sonrisas son una terapia de primera necesidad para superar el trauma. A la oenegé Payaso sin Fronteras le ha faltado tiempo para volver a mandar una expedición de cuatro actores cómicos a los campamentos de refugiados en la ciudad polaca de Lublin, donde conviven familias y cientos de niños y niñas que huyen de la guerra de Ucrania. En esta nueva cruzada contra la tristeza de la guerra hay dos leoneses, Ester Abad, y su personaje Papaya, y el astorgano Adrián Zamorano, Zamoclown para los más pequeños.

La expedición, formada por cuatro miembros, llegó el día 11 de abril a su destino y ayer emprendió el camino de regreso a España para participar en un espectáculo el próximo día 30 de abril en el Teatro San Francisco para recaudar fondos destinados al proyecto de Payasos sin Fronteras en Polonia, volcados en la infancia refugiada de Ucrania. Sólo esta expedición ha llevado entretenimiento a 1.500 niños y niñas. «Lo normal en este tipo de conflictos es que cuando llegamos los niños tienen caras tristes, están asustados por la situación que les ha tocado vivir, pero poco a poco entran en el espectáculo y ves como se relajan, como sonríen y la ilusión de los números les cambia la mirada por completo mientras dura el show». Para la leonesa Ester Abad este viaje es la primera cruzada contra la tristeza. «Hemos pasado por una docena de pueblos diferentes con un espectáculo de payasos clásicos, malabares y magia. Para nosotros es la primera expedición pero nuestros compañeros son veteranos de otros destinos y nos han ensañado muchas casas». Un madrileño y un burgalés completan la compañía de cómicos infantiles enviados por Payasos sin Fronteras para arrancar tristezas y sonrisas no sólo a los más pequeños, también a sus familias. «Es la constatación de que la risa es necesaria para superar los traumas. Los payasos y las payasas nos preparamos para esto. Cuando estás aquí te das cuenta de que la risa es muy necesaria, da esperanzas. Las familias que van a nuestro espectáculo no saben a dónde van a ir después, pero mientras se entretienen con todos los números que hacemos, vuelve la esperanza a sus vidas».

Para el astorgano Adrián Zamorano también es el primer viaje con Payasos sin Fronteras, una oenegé a la que pertenece desde hace cinco años. «Para mí era un sueño poder viajar para hacer reír a los niños en una zona en conflicto. En mi espectáculo llevo magia y payasadas clásicas. Cuando terminamos las actuaciones recibimos el cariño de los menores y toda la familia. Les gusta mucho lo que hacemos y se acercan a nosotros para mostrarnos su gratitud. Nos regalan galletas, reparten lo poco que tienen».

No es la primera vez que los payasos leoneses se desplazan a Ucrania. Conflictos anteriores en este país reclamaron la presencia de los actores cómicos de la oenegé para salvar a los niños y niñas de los horrores de la guerra. El veterano ingeniero leonés, Nacho Morán, se desplazó al país en junio de 2018 de la mano de Payasos sin Fronteras.

Ester Abad, de amarillo y con la rariz roja. PAWEL BANASZCZYK

Ester Abad, de amarillo y con la rariz roja. PAWEL BANASZCZYK

Otras guerras en Ucrania

Ucrania ha sido y es uno de los destinos habituales de la oenegé. Los enquistados conflictos en el país han movilizado a payasos de todo el mundo para redimir del horror de las guerras a los más indefensos, los menores.

La guerra iniciada en el año 2013 como protesta estudiantil para forzar al entonces presidente Víktor Yanukovich y el primer ministro Mikola Azarov (prorrusos) a firmar un tratado de asociación con la Unión Europea acabó con el gobierno y provocó una contrarrevolución en la región de Donbás, un conflicto al que sucedió la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014, lo que cambió el panorama estratégico de Europa desde la Guerra Fría.

En medio de esta fugna bélica surgieron las payasadas y las risas de los niños y niñas, aunque la troupe de Payasos sin Fronteras en la que viajaba entonces Nacho Morán tuviera que ser escoltada por los coches blindados de Acnur. Esa expedición se sufragó en parte por los donativos de los leoneses que participan en los espectáculos de la oenegé. Durante los años 2018 y 2019, Payasos sin Fronteras realizó tres expediciones al este del país y a la capital, Kiev, para atender a la infancia desplazada en 67 espectáculos a los que acudieron 5.362 menores.

Payasos sin Fronteras organiza su tercera gala en León en el Teatro San Francisco con un precio único de la entrada de 8 euros. El acto solidario es apto para todas las edades y la recaudación hará posible el envío de otra expedición de payasos en el mes de junio. Hay fila cero en Triodos Bank ES31 1491 0001 21 201363127, indicando ‘Gala Solidaria PSF’.

Adrián Zamorano, en uno de sus números en la frontera con Ucrania. PAWEL BANASZCZYK

Adrián Zamorano, en uno de sus números en la frontera con Ucrania. PAWEL BANASZCZYK

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