Las voces que salvan vidas del suicidio en León

El Teléfono de la Esperanza de León suena una media de 27 veces al día. Casi tres de estas llamadas son de personas por las que la idea o la crisis de un suicidio pasa por su cabeza. Más de una al mes, en lo que va de este año, han sido de personas en fase de consumación de la muerte autoinfligida. Cualquiera de las 60 personas voluntarias que atienden el número 987 87 60 06 puede estar al otro lado del teléfono cuando alguien llama y, con voz suave o desesperada, revela que acaba de tomarse un blixter de pastillas o que está con un pie en la ventana. La calma y la escucha activa son la base de esta atención crucial para salvar la vida de una persona.

Hay que localizar la llamada, avisar al 112, es posible que también a los bomberos y, por encima de todo, mantener la conversación activa. No dejar escapar a esa persona sin prestarle ayuda. En lo que va de año casi 150 personas han recurrido al Teléfono de la Esperanza de León en situaciones de crisis, ideación o acto de suicidio. Una cifra que ya supera a las 112 que se recibieron en todo el año pasado. Un total de 122 han sido de personas con ideas suicidas, 17 en crisis de suicidio y nueve en acto de suicidio en curso.

Casi una de cada cuatro personas tiene menos de 25 años, una cifra que se eleva hasta el 40% si se aísla a quienes llamaron en acto de suicidio en curso: cuatro de nueve.

«Nos gustaría pensar que se llama a más gente es porque hay más información y más recursos de ayuda gracias a las campañas que venimos haciendo durante años», comenta la presidenta del Teléfono de la Esperanza, Ana Agúndez, quien matiza que «las causas del suicidio son muchas y muy complejas y es difícil interpretar estas estadísticas».

Además, «si vamos a las estadísticas del INE también vemos que hay una tendencia al alza en los suicidios y esto es lo preocupante». añade Agúndez. «Cada a 40 segundos una persona se quita la vida en el mundo. Y por cada una que consuma el suicidio, hay veinte que lo intentan», apunta Domingo F. García González, psicólogo voluntario en el Teléfono de la Esperanza. Las cifras son escalofriantes. En 2020, un total de 3.941 personas se quitaron la vida en España. Unas estadísticas que se traducen en 49 muertes infligidas en la provincia de León, con 34 hombres y 15 mujeres que murieron por suicidio, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Los datos de muertes por suicidio en España casi se duplicaron entre la década de 1980 (1.652 víctimas) y 1990 (2.939 víctimas). En el inicio del siglo XXI se alcanzaron las 3.393 muertes por suicidio en España, aunque en la primera década se produce una disminución hasta 3.158 víctimas de muertes autoinfligidas.

De estas cifra, cotejada con la última publicada por el INE de 2020, se desprende que en la última década el aumento alcanza casi el 30%. En la provincia de León la estadística es similar. El gran aumento de suicidios entre los 80 y los 90 es de 28 a 51 en el territorio leonés. La cifra sigue creciendo hasta 64 en el año 2000 y baja a 45 en 2010. En 2018 bajaron a 34 y en 2019 y 2020 se sitúan en 49 en ambos casos.

El Teléfono de la Esperanza, que cumplió 50 años de andadura en España el año pasado y cumple 15 desde que se abrió en León el próximo mes de octubre, es uno de los recursos locales que más ha visibilizado la problemática del suicidio. Y a donde más acuden las personas a las que le rondan ideas suicidas, están en crisis que pueden desembocar en ello o incluso ya están en curso de cometerlo.

Entre 2021 y lo que va desde 2022 se observa en sus estadísticas un aumento de las llamadas que reciben de personas que se encuentran en estas situaciones críticas. Ayer se celebró el Día Mundial de la Prevención del Suicidio. En el Telñefono de la Esperanza trabajan por prevenir y ayudar a las víctimas los 365 días del año. .

La Consjería de Sanidad de la Junta de Castilla y León recordó que entre los factores que la OMS indica como más eficaces en la prevención suicida se plantea la identificación temprana y tratamiento de las personas que sufren trastornos mentales como la depresión y que consumen alcohol y sustancias tóxicas; la mejora del acceso a los servicios de salud y la asistencia social; la cobertura responsable de las noticias sobre suicidios en los medios de comunicación, sin sensacionalismo; evitar la estigmatización de quienes buscan ayuda por comportamientos suicidas o por problemas de salud mental y apoyar a quienes han perdido a sus seres queridos por suicidio; y la restricción del acceso a sustancias tóxicas y armas de fuego. Pero no ha mostrado avances del plan Casado que se lanzó en diciembre de 2021.