Diario de León

Entre las bombas y la ilusión de la paz mundial

Publicado por
Eugenio Nkono Ondó
León

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El título de estas líneas es de por sí polémico, porque para todo ser racional el término «bomba» es sinónimo de destrucción, de muertes, mientras que nos resulta fácil pensar en la paz, supuesto que queremos vivir en paz, aunque en realidad no sepamos cuál es o sería la paz que deseamos. Aun con eso, parece que, para los que pensamos que esta es todavía posible, la dinámica del ansia de poder o de dominio de unos a otros nos ha demostrado cada vez más que estamos equivocados. Es esta la situación ambigua, tensa, en la que nos encontramos actualmente. Reflexionando un poco sobre ella, quisiera recordar las palabras de Pedro Baños, un coronel leonés especialista en geoestrategia, quien, en una entrevista concedida al Diario de León, publicada el domingo, 30 de enero de 2022, se expresó así: «No nos dejemos arrastrar a una guerra por intereses anglosajones». Lejos de analizar las principales líneas de su texto, sólo me repararé en lo que concierne a esta afirmación fundamental.

Una mirada retrospectiva al clima político occidental de mediados del siglo pasado nos hace observar que, desde la implantación del famoso plan diseñado por el secretario de Estado americano George Marshall, que recibió su nombre, los regímenes estadounidenses habían impuesto ciertas obligaciones a sus aliados, entre las cuales, estos tenían que secundar sus guerras. Situándose en uno de los flancos de la carrera de los bloques, USA se erigió en el Imperio del Bien y asumió la misión de liberar a la humanidad y de destruir al Imperio del Mal, la URSS. En este combate, tuvo que recurrir a una serie de estrategias y de alianzas, incluso extrañas, con el fin de dinamitarla desde su propio seno, ignorando que las consecuencias de semejante plan operarían a la inversa, como lo demuestra John K. Cooley, en su CIA et Jihad 1950-2001, contre l’URRS, une désastreuse Alliance, Préface de Edward W. Saïd, traducction française, Éditions Autrement 2002 (cuya versión española, inexistente todavía, sería CIA y Jihad 1950-2001, contra la URSS, una alianza desastrosa). Creyéndose estar en una coyuntura favorable, los americanos tomaron la decisión de situar los misiles de la Otan en las puertas de Rusia, lo que ha provocado, lógicamente, la actual guerra. Desde una visión objetiva, el 27 de febrero del año en curso, Francisco Morote Costa, un intelectual crítico de Las Palmas de Gran Canaria, nos transmitió las importantes declaraciones del recordado político alemán, Willie Wimmer, en las que, refiriéndose a este conflicto, admitía  que ¡otra europa es necesaria! En consonancia con esta posición que sugiere la búsqueda de la verdad, reproduzco íntegramente su mensaje:

«Para mí esta situación es especial, ya en diciembre de 1989, le dije al canciller (de Alemania) de ese entonces, Helmut Kohl, la postura de las fuerzas de la Bundeswehr (fuerzas armadas alemanas) sobre la Otan y de la presencia de la Otan en Europa, los puntos de los cuales entraron en su totalidad en los acuerdos sobre la reunificación (alemana). Por aquel entonces entendíamos  muy bien los problemas con los que nos enfrentamos hoy, por lo que Alemania en aquel momento tomó la decisión de negarse a acoger  las tropas de la Otan en el territorio de la antigua República Democrática Alemana y limitar su expansión al río Oder.

La noción imperialista que asegura que «sólo puede haber guerra mundial cuando los imperios entran en conflicto», ha hecho mella en toda la humanidad para que no tomara conciencia de que fueron precisamente estos imperios los que declararon la Tercera Guerra mundial al Tercer Mundo, donde la hicieron estallar hace más de setenta años

Sin embargo, la política de Alemania y de Occidente en general, cambió radicalmente debido a la adopción de la Doctrina Wolfowitz en 1992. Cuando  Hans-Dietrich Genscher tuvo que dimitir como Ministro de Exteriores de Alemania, comenzó la expansión de la Otan hacia el este. Desde entonces, vamos por el camino equivocado, contribuyendo a la creación en la Federación de Rusia de una impresión bastante justificada de que Occidente hace todo lo posible para echar a Rusia de Europa, volver a erigir un muro entre el mar Báltico y el mar Negro, de que Occidente está interesado en destruir a Rusia paulatinamente en vez de cooperar con este gran país.»

Cabe destacar que Willie Wimmer ha sido antiguo diputado de la CDU (partido de centro-derecha), entre 1985 y 1992,  secretario de estado parlamentario en el Ministerio Federal de Defensa de la República Federal Alemana. Se trata, pues, de una personalidad que, en los momentos claves y decisivos de la historia contemporánea, ha tenido peso específico no sólo en la política alemana, sino también en la europea. Es curioso reconocer que, a pesar de haberse dirigido a la prensa internacional con el propósito de aclarar la situación, sólo sus declaraciones hayan sido recogidas por  la TV  RT (Rusia Today), con lo cual se demuestra que las televisiones occidentales no juzgaron oportuno trasmitirlas a sus habituales audiencias, sencillamente «porque una persona que calificó la Guerra de Kosovo, emprendida por la Otan, como una «vulgar guerra de agresión», y que condenó las invasiones y guerras de Irak y de Afganistán, no debe ser del gusto de los políticos estadounidenses y europeos partidarios de mantener activo el bloque político-militar de la Otan».

Lo más grave es que el mundo entero ha sido testigo de qué manera los USA, sus aliados y la Otan han apoyado tantas veces a Israel para bombardear a los territorios palestinos. Hemos visto cómo han permitido a Nicolas Sarkozy bombardear el palacio presidencial de Abidjan, con sus fuerzas de La Licorne, detener a Laurent Gbagbo, el presidente elegido democráticamente por los marfileños, hemos visto del mismo modo cómo Barack Obama y la Otan sostienen la guerra de Sarkozy contra Libia, asesinando a Muamar el Gadafi. Se sabe que la explotación desorbitada de materias primas africanas llevada a cabo por las potencias imperialistas, controlada por las bases militares francesas extendidas en la Françafrique y el Africom, condenan a los países africanos a vivir en la miseria absoluta, provocando una emigración masiva que ha convertido al Mediterráneo en un cementerio internacional. Si eso mismo ocurre en las fronteras entre México y los Estados Unidos, esto significa que nos encontramos ante la desestabilización de los continentes menos desarrollados. La noción imperialista que asegura que «sólo puede haber guerra mundial cuando los imperios entran en conflicto», ha hecho mella en toda la humanidad para que no tomara conciencia de que fueron precisamente estos imperios los que declararon la Tercera Guerra mundial al Tercer Mundo, donde la hicieron estallar hace más de setenta años. El documento oficial de la declaración de dicha guerra y su puesta en marcha se titula: La Charte de l’Impérialisme ou La Charte de la Servitude, cuya versión inglesa, The Imperialism Charter Concerning Third World, How the Imperialism Charter affects Third World, es más completa porque incluye un comentario y un vídeo. Leyendo sus 28 artículos y su aplicación a rajatabla, se comprende mejor el origen o la causa de los conflictos que arruinan al Tercer Mundo y, sin duda, a las naciones o zonas débiles del Occidente.

Por consiguiente, hablar de la paz mundial en este panorama adverso es algo imposible, inviable para los que pensamos en el Buen entendimiento entre los pueblos a escala planetaria, en el progreso igualitario y en la ¡paz! auténtica y duradera.

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