"Que no tengamos que pagar con la vida la puta mierda que nos pagan"

Los drásticos recortes que ha sufrido la minería berciana en los últimos años, dejando en mínimos el número de trabajadores, es un factor añadido al sentimiento de frustración e impotencia que se registra en la comarca en días en los que, como el de ayer, se produce un accidente que se lleva la vida de un minero. La minería se vistió de luto con el fallecimiento del minero José Pereira y, con ella, compañeros, amigos y vecinos que se acercaron hasta las inmediaciones del Pozo Salgueiro de Santa Cruz de Montes para acompañar a la familia en estos duros momentos. Pequeños corros de gente que ni apenas hablaban pero que estaban durante un espera de más de tres horas de espera desde que se conoció la noticia y hasta que el cuerpo del fallecido fue sacado del pozo.

La tristeza era generalizada, como las incógnitas sobre lo sucedido. «Poco más que añadir a lo que tantas veces hemos dicho en éstas cuencas mineras. Dolor, sangre y el apoyo a la familia del compañero fallecido. A partir de ahí, vamos a esperar a ver qué es lo que ha pasado», señaló el delegado de minería de CC OO, Jesús Magadán, haciendo gala de una indignación que él mismo manifestó. «Los que dicen que la minería está bien, que no necesita nada, decirles que esto es consecuencia de las políticas de desastre que está llevando este Gobierno, que va en contra de los mineros, de la seguridad, de los salarios y de la vida de los que trabajan en las minas», dijo, para después añadir: «Si yo tengo que trabajar más de ocho horas en una mina por menos de 900 euros, me queda poco tiempo para pensar si la rampa está bien posteada y si la madera es suficiente, porque me estoy jugando el saber si mis hijos van a comer mañana o no».

El sindicalista exigió responsabilidad política. «Esto es fruto de los recortes. Habrá que exigir a la Junta como responsable de la seguridad de nuestras minas, a ver dónde está esa seguridad, donde están las brigadas y los medios de salvamento de Alto Bierzo, porque ya basta de buenas palabras, que al compañero fallecido de poco le sirven». «Cada vez que ocurre esto —añadió— esperamos que sea el último accidente, que se tomen medidas, que se vigile, que se hagan prescripciones y que al final no tengamos que pagar con la vida la puta mierda que nos pagan este Gobierno y éstos empresarios».