De los acuerdos con los parques italianos a las ‘calabazas’ de la Ciuden

«De las locuras surgen las cosas más importantes». Una afirmación referida al proyecto de Parque Científico y Tecnológico y que realizada por uno de los empresarios que en su día mostró interés en implantar una línea de negocio en este proyecto venía a explicar su apuesta por esta iniciativa. Una iniciativa que hasta la fecha no ha llegado a concretarse y que por el camino ha ido encontrando aliados y detractores, prácticamente, a partes iguales. Entre los primeros, en el año 2011, el Parque Científico y Tecnológico del Bierzo llegó a firmar un convenio de colaboración tanto con los parque tecnológico de Vega en Venecia como con la Cittá della Scienza de Nápoles con el que se pretendía «abrir la puerta al desarrollo de proyectos ligados a las energías renovables, unir fuerzas de cara a aspirar a proyectos europeos y la búsqueda de alianzas con países y empresas iberoamericanas».

En esa búsqueda de alianzas con grandes empresas tecnológicas hay que enmarcar las reuniones mantenidas con la multinacional finesa Nokia.

Otra de las puertas a las que han llamado en reiteradas ocasiones los promotores de este proyecto han sido a las de la Fundación Ciudad de la Energía. Y es que los impulsores del parque entendían que el mismo se debía cimentar sobre dos bases fundamentales, la Universidad de León —con cuyo rector, Ángel Hermida establecieron acuerdos— y la Ciuden.