Diario de León

Transición

Lillo y Otero advierten de que el futuro de la Gran Corta está en sus manos

Las juntas vecinales instan a la alcaldesa de Fabero a que no haya planes ni de infraestructuras ni económicos para los terrenos del antiguo cielo abierto y menos sin contar con ellas

Vista general de la Gran Corta de Fabero. L. DE LA MATA

La Gran Corta de Fabero, en una imagen de archivo. l. de la mata

Ponferrada

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A las juntas vecinales de Lillo del Bierzo y Otero de Naraguantes no les gusta que la alcaldesa del municipio al que pertenecen, Fabero, haga planes propios respecto al futuro de la Gran Corta una vez que finalice la restauración del cielo abierto. Los presidentes de ambas entidades, Luis Pedro Fernández y Eugenio Neira, han instado a María Paz Martínez a que «se abstenga» de hacer declaraciones y planes, tanto de infraestructuras como económicos, sobre el destino de los terrenos de la antigua explotación porque «no tiene ninguna competencia» sobre ellos, ya que —subrayan— son estas pedanías las titulares.

Ambos pedáneos —del PSOE de cuyas filas fue apartada la alcaldesa de Fabero— afirman que el futuro de la Gran Corta es exclusivamente competencia suya y que serán las juntas vecinales las que «darán conformidad a lo que se planifique, manteniendo el carácter de utilidad pública». Reclaman a la regidora de Fabero que no se atribuya lo que no es del Ayuntamiento y que, mucho menos, lo haga sin contar con quienes son los legítimos titulares, afirman.

No es la primera vez que ambas juntas vecinales se unen en un propósito común. También van de la mano en la lucha abierta contra el promotor del parque fotovoltaico que, precisamente, se ha proyectado para terrenos de la gran corta. El impulsor del parque asegura que es suelo de su propiedad, mientras que las pedanías defienden que la titularidad era suya antes de cederla para su explotación como fines mineros y que, una vez finalizada la actividad extractiva, deben regresas a los propietarios iniciales porque así se firmó. 

Una afirmación negada insistentemente por la empresa promotora pero que incide en el interés de Lillo del Bierzo y Otero de Naraguantes por mantener el control sobre los terrenos del viejo cielo abierto.

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