Diario de León
Publicado por
JOSÉ ÁLVAREZ DE PAZ
León

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EL FUTURO del mundo rural, es una apuesta de las Instituciones Comunitarias, asumida de forma explicita por el presidente Herrera. Todos parecen estar de acuerdo, al menos en teoría, en que un mundo urbano rodeado de un desierto no es modelo económico y social válido para Europa. En esta línea, la Comisión Europea aprobó en su convocatoria del año 2000 el «Proyecto Deleite», orientado a apoyar iniciativas locales de empleo. La Junta, por su parte, puso en marcha lo que, generosamente, denomina Red de Telecentros, cinco en toda la Comunidad, dos de ellos en nuestra provincia, concretamente en Fabero y Bembibre, cuya andadura conluirá estos próximos días. Los telecentros, son servicios públicos gratuitos para acertar las nuevas tecnologías y orientar la búsqueda de empleo en zonas desfavorecidas: romper el aislamiento, identificar las necesidades de la población en lo referente al empleo, especialmente de jóvenes y mujeres, como lo han venido haciendo las I.L.E. en toda Europa, poniendo en servicio recursos ociosos necesitados de apoyo público, vinculando la formación a la oferta real de trabajo; pero lo más positivo de estas estructuras básicas para combatir el desempleo y la exclusión social es su funcionamiento participativo, lo que es deseable no solo desde una perspectiva social, sino desde la eficiencia económica, ya que la participación directa mejora el rendimiento económico y reduce los costes laborales. Por lo que conozco, que es el Centro de Bembibre, el balance es positivo, con varios talleres de alfabetización informática, de Internet, de búsquedas activas de empleo, como el proyecto «Emprender en Bembibre», el seminario recién clausurado para emprendedores de turismo rural o el proyecto de recuperación de la Ruta Jacobea de Manzanal a su paso por el Bierzo Alto, otro posible elemento dinamizador de la comarca si las Instituciones competentes así lo valoran y entienden. Buscarle alguna forma de continuidad a esos centros implicando a municipios y agentes económicos y de territorios en declive, donde conviven el despoblamiento y la desolación post-industrial con un medio natural de alta calidad, es un reto que merece una respuesta. Pienso en el Bierzo Alto de cada día y también en ese espacio que recorrí este fin de semana en la buena compañía de Manolo Cuadrillero, entre Matarrosa y Fabero. El arroyo de Valdeprao, por cierto, alcanza con las últimas lluvias , un rumor de río en el entorno mágico del Santuario de las Nieves.

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