La coordinadora convoca la última protesta para pedir el cierre de Garoña
La manifestación será el 7 de julio, 24 horas después de vencimiento de vida útil.
Una de las manifestaciones convocadas para reclamar el cierre de Garoña.
La Coordinadora contra Garoña convoca la «última marcha» para reclamar el cierre de la planta atómica de Santa María de Garoña (Valle de Tobalina, Burgos) el domingo 7 de julio, 24 horas después del plazo de vencimiento de la vida útil de la central nuclear burgalesa, según informaron fuentes de Ecologistas en Acción y Greenpeace, informa Ical.
La marcha partirá a las 12 horas de la localidad de Barcina del Barco, para finalizar ante la central nuclear media hora después, aproximadamente. Desde el pasado mes de septiembre no se ha producido ninguna reivindicación a los pies de la central, como viene siendo habitual desde hace años por estas fechas. Greenpeace junto con la Coordinadora Estatal Antinuclear y la Coordinadora Contra Garoña participarán en la marcha a Garoña «por el cierre definitivo».
La pasada semana, el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, declaró en el Congreso de los Diputados que el cierre de la instalación del Valle de Tobalina se producirá el próximo 6 de julio, tal y como está previsto en la orden ministerial vigente, ante la imposibilidad de modificarla por plazos.
El pasado 28 de diciembre, el Consejo de Administración de Nuclenor ratificó la decisión de cese de la actividad de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) para no tener que pagar 153 millones por el nuevo impuesto nuclear. La decisión fue adoptada por la empresa al conocer la redacción final de la ley de medidas fiscales para la sostenibilidad energética, que confirma la aplicación retroactiva del tributo, lo que permite a la sociedad acogerse a una de las causas de disolución prevista en la legislación.
La central más antigua
La central nuclear de Santa María de Garoña comenzó su actividad un 2 de marzo de 1971, hace ahora 41 años, lo que la convierte en la planta atómica más antigua del país. Su diseño se corresponde con el modelo de las centrales de primera generación, con un reactor de agua en ebullición que utiliza uranio enriquecido para la generación de calor, y que fue elaborado por la multinacional americana General Electric en los años 60. Desde que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero anunciase en el año 2009, por orden ministerial, el cierre y desmantelamiento de la central para julio de 2013, Garoña pasó de ser la central veterana a ser el caballo de batalla de organizaciones antinucleares y ecologistas y la empresa propietaria, Nuclenor. El cierre y no cierre de la central centró planteamientos, debates, congresos y muchos mítines políticos. Si el PSOE abogaba por un nuevo modelo energético en el que «no cabía Garoña», el PP rometía mantener la central si llegaba al poder.