Diario de León

Herrera: «Uno puede convertirse en estatua de sal por mirar a destiempo muy adelante»

El presidente del PPCyL zanja el debate sucesorio y exhorta a los suyos a «trabajar sin miedo al desgaste».

Juan Vicente Herrera conversa con Carlos Floriano durante el Comité Ejecutivo.

Juan Vicente Herrera conversa con Carlos Floriano durante el Comité Ejecutivo.

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RAQUEL SASTRE | valladolid
León

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No tardó ni dos minutos desde que tomó la palabra en zanjar el debate sucesorio que sobrevuela su partido. Y lo hizo con una frase lapidaria. «Uno puede llegar a convertirse en estatua de sal no sólo por mirar atrás, sino por mirar a destiempo demasiado adelante».

Juan Vicente Herrera dejó muy claro ayer a los suyos, convocados a un Comité Ejecutivo en la remozada sede autonómica de María de Molina, que lo que toca ahora es «trabajar más y con más coraje» para «servir a las necesidades» de los ciudadanos y «cumplir los contratos firmados a plazo fijo» con ellos, mensaje en la línea de lo adelantado el miércoles por este periódico.

«Cualquier otro cálculo o distracción sobre estos objetivos prioriratios, además de una pérdida de tiempo, serían una frivolidad que podríamos pagar muy cara», advirtió.

El presidente del PPCyL y de la Junta no dedicó a su relevo al frente del partido ni un minuto más en un discurso de más de tres cuartos de hora. Sintomático. En cambio, no obvió ningún asunto relevante o polémico, ni siquiera de los que afectan a los populares .

Caso Bárcenas

En presencia del vicesecretario general de Organización y Electoral del PP, Carlos Floriano, Herrera volvió a mojarse con el caso Bárcenas . Lo hizo primero en clave de humor, nada más tomar la palabra, cuando agradeció a Pedro Viñarás su trabajo en la reforma de la sede: «Es bueno que en Castilla y León sepan que aquí aplaudimos a nuestro tesorero y gerente», bromeó.

Retomó después el asunto con más solemnidad. Atacó primero a quienes «intentan abrir una suerte de causa general contra el PP» por una «actuación individual» de un «presunto delincuente». Y en ese saco metió, aunque sin citarlo expresamente, a los socialistas, porque tienen «mucha historia y bastante presente en este tipo de asuntos».

Después, en calidad de militante y dirigente popular , lanzó tres mensajes. Uno: que «nadie va a obligar al PP a meter la cabeza bajo tierra» porque el partido lo conforman «gente honesta». Dos: la justicia instruye el «enriquecimiento escandaloso y presuntamente delictivo» de Bárcenas, pero las piezas separadas que se deriven de este caso «no pueden servir [al encausado] de cortina de humo». Y tres: cierre de filas y mano en el fuego por la «sinceridad, integridad, honestidad e independencia» de Mariano Rajoy que, en su opinión, dio «cumplidas explicaciones» en el Parlamento.

El presidente de los populares de Castilla y León se refirió al descrédito de la clase política como el resultado de la combinación de dos factores: el «disgusto social» por las impopulares medidas adoptadas para salir de la crisis y el «escándalo de bochornosos casos de corrupción pública, económica y política».

Sobre el primer detonante, Herrera volvió a reclamar «trabajo» a los suyos, sin temor a equivocarse o quemarse . «Que nadie tenga miedo al desgaste personal y político. Para eso estamos», afirmó.

Crisis de confianza

Para combatir el desprestigio de los políticos y superar la «crisis de confianza» en las instituciones democráticas, el presidente del PP apostó por la regeneración.

Subrayó su convicción de que «afrontará el futuro con mayor posibilidad de éxito la organización que primero debata y adopte medidas para favorecer la participación política de los mejores» con el objetivo de «vincular de una forma más directa a los cargos electos con el ciudadano y su territorio». Una medida que suena próxima a las listas abiertas.

Y se declaró partidario, aunque no concretó cómo, de «establecer una sana limitación de mandatos, empezando por veteranos presidentes autonómicos», apostilló. También remarcó la necesidad de «reforzar los elementos de control y transparencia».

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