Portavoz del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados
Soraya Rodríguez: “No veo una pugna entre Villarrubia y López ni es momento de hablar de terceras vías”
Denuncia que el PP está “destrozando” el Estado de bienestar

Soraya Rodríguez (Valladolid, 1963) cumplirá dos años el próximo mes de febrero como portavoz del PSOE en el Congreso, un cargo que le brinda “una perspectiva muy interesante”, aunque advierte que “desgasta mucho” porque el PP “utiliza su mayoría absoluta como un rodillo”. Defiende el liderazgo de Rubalcaba, denuncia que el PP está “destrozando” el Estado de bienestar y aboga por reformas que fomenten la transparencia, la participación ciudadana en la política y la lucha contra la corrupción.
En clave autonómica, Rodríguez niega que exista una pugna real entre Óscar López y Julio Villarrubia que atribuye al “interés periodístico”; sostiene que no es momento de hablar de terceras vías para liderar su partido en Castilla y León, sino de “los problemas de sus ciudadanos”; y resta importancia a discrepancias internas como la protagonizada recientemente por el portavoz socialista en la Diputación de Valladolid, Juan José Zancada, y su homólogo en el Ayuntamiento de la capital castellana y leonesa, Óscar Puente, quien llegó a reclamar el acta de concejal del primero por haber criticado públicamente su estrategia.
¿Cómo está el “nuevo PSOE” que surge de la Conferencia Política de noviembre?
El PSOE es un partido con mucha historia que se renueva y adapta a la sociedad en la que vive y a la que debe servir. Después de muchos meses de trabajo hemos hecho un esfuerzo por discutir y aprobar entre todos en la Conferencia Política lo que será la espina dorsal de las propuestas electorales. Por eso hablamos de un nuevo proyecto de izquierdas para el siglo XXI, y desde esa perspectiva la Conferencia salió muy bien.
¿Qué se queda en el camino?, ¿de qué se despojan en la transición hacia ese 'nuevo PSOE'?
No se trata de despojarnos de nada. El Partido Socialista es un partido de izquierdas que ha gobernado más años en democracia en este país que ninguna otra fuerza política. Fueron los gobiernos de Felipe González los que crearon los tres pilares del Estado de Bienestar: no había una sanidad pública, no había una educación pública ni un sistema de pensiones. Fueron los gobiernos de Zapatero los que ampliaron estos servicios públicos y crearon el cuarto pilar del Estado de Bienestar, y serán los próximos gobiernos socialistas los que deban reponer todas estas políticas públicas que el PP está destrozando. Para eso necesitamos un país que crezca y sea capaz de recaudar para hacer un gasto público equitativo a través de políticas o sistemas fiscales justos, progresivos. Por lo tanto, el Partido Socialista no deja ningún principio atrás, sino que adapta sus políticas a la realidad social y económica en la que vivimos.
¿Cree que la sociedad, el electorado, va a entender el retraso en la definición del líder del 'nuevo PSOE'?
No tenemos ningún retraso en la definición del liderazgo. Tenemos un líder que es Alfredo Pérez Rubalcaba porque es el secretario general del partido. Le elegimos en tiempo y forma en un Congreso Federal (febrero de 2012) que además fue muy participativo, a diferencia de lo que hacen otros partidos, y donde compitió más de un compañero, en este caso dos (Rubalcaba y Chacón).
¿Entonces cree que la situación no les pasará factura?
Lo que sucede es que el Partido Socialista ha introducido un elemento muy novedoso: hasta ahora el candidato se sometía a un proceso interno, o de votación con militantes, y ahora se elegirá de una forma diferente, como en otros partidos socialistas europeos, por ejemplo el francés. Se convocarán primarias para candidatos a elecciones generales y los militantes votarán uno por uno, y también los ciudadanos que quieran acompañarnos. Es un proceso de cambio total en la cultura política española, por eso creo que tampoco se entiende que un partido no convoque primarias, un sistema mucho más democrático con el que va a tener un liderazgo social colectivo mucho más fuerte. Eso no significa que no tenga su liderazgo definido, tiene un secretario general que es el líder del partido en estos momentos y que ganó el Congreso.
Considera que no hay un problema de liderazgo…
No hay crisis de liderazgo, otra cosa es que falte también mucha cultura política en partidos como por ejemplo el PP, que elige quién va a ser el sucesor como hizo Aznar en un café en la Moncloa con Rajoy y con Rato, allí le dijo a Rajoy ‘sé tú’ y ya está. Eso la sociedad lo ve. Y ahora nosotros hemos pensado que este sistema es mucho más democrático. Además, una vez que el Partido Socialista lo haga, ya no va a haber partidos en España que elijan a su cartel electoral como hizo el PP con Rajoy. El ‘dedazo’ de Aznar a Rajoy se acabó. Es un sistema que va a profundizar en la democracia de nuestro país, y eso en ningún momento se puede entender como que tenemos un problema, hemos dado un paso adelante muy importante.
¿Habrá Congreso extraordinario en 2014 para elegir a un nuevo secretario general?
No, en absoluto, ¿por qué íbamos a tenerlo?
Hace meses que se viene especulando con la posibilidad de que se convoque junto con las primarias…
Perdóneme pero especulará usted, en el Partido Socialista no se especula con eso. Acabamos de salir de una Conferencia Política y hemos hablado del proyecto, no va a haber Congreso Extraordinario ni nadie habla de Congreso Extraordinario. Lo que habrá será un Comité Federal en enero (el día 18) donde fijaremos las fechas de las primarias, un calendario de primarias, eso es lo que va a haber.
Si celebran como “un cambio radical” la aprobación de primarias abiertas para elegir a su candidato a las generales, ¿por qué no se aplica también para las autonómicas y municipales?
Esto es una cosa abierta en el partido, no hay un ‘no’…
De momento sólo están aprobadas para las generales…
No está cerrado para las autonómicas, por lo tanto el debate está abierto. Pero en cualquier caso, también hay muy pocos partidos que hagan primarias donde voten los militantes… Nosotros queremos estar en la vanguardia y queremos un nivel de exigencia por parte de la sociedad al resto de partidos que no lo hacen porque estamos convencidos de que esto es bueno, pero no es un tema cerrado.
¿Pero cuál es su opinión personal?, ¿a usted le gustaría que se aprobasen unas primarias abiertas también para las autonómicas y las municipales?
Soy partidaria de abrir lo más posible este tipo de elecciones a la ciudadanía. Por cierto, somos el único partido que lo va a hacer. Pero, dada su importancia, hay que valorar bien cada caso y buscar el acuerdo en los órganos que el PSOE tiene para adoptar este tipo de decisiones.
Los últimos resultados electorales y las encuestas reflejan que la ciudadanía está pasando factura a los 'viejos' grandes partidos, mientras ganan peso IU o UPyD; y persiste la sensación de que la hipotética irrupción de una nueva formación política en plena crisis podría voltear el escenario político de los últimos 30 años. ¿Usted lo percibe?
Pues no, lo que yo creo que pasa es que las soluciones que se están dando a la crisis son una salida enormemente perniciosa para España como colectivo y desde luego para la clase media trabajadora, que es la que está pagando la factura de la crisis. Percibo en la sociedad una gravísima preocupación porque ha visto que los dos años de Gobierno del PP son un fraude: nada de lo prometido se ha cumplido y todas las medidas van dirigidas a que el coste de la crisis se pague con la educación pública, la sanidad, los copagos… Eso es lo que siente la ciudadanía y frente a eso mira a los partidos, nos exige respuestas.
¿Serán las elecciones europeas una prueba para el PSOE de que empieza a remontar y ya ha pagado por las medidas que aprobó en mayo de 2010?
Es una cita electoral muy importante para nosotros porque España se juega mucho. Todos los días denunciamos que la derecha española está siguiendo la estela y la receta de la derecha más neoliberal que hay y que está gobernando mayoritariamente en Europa. Necesitamos un Parlamento Europeo donde haya una mayoría de izquierdas para empezar a cambiar esta austeridad suicida que se ha impuesto en la UE, que nos impone la ‘troika’ y que el Gobierno del PP abraza con cariño y con gusto, que nos está hundiendo como país, como sociedad, y que hunde nuestra economía, más allá de las cifras macro que quiera mostrar el Gobierno.
Las demandas ciudadanas de transparencia y participación tocan de lleno al Congreso, ¿hacen falta reformas en este sentido?
Hacen falta, por supuesto. Hemos hecho una propuesta de reforma constitucional que afecta al modelo territorial para responder a uno de los grandes problemas que tenemos, el reto soberanista. Y la sociedad exige transparencia y una actuación mucho más contundente contra la corrupción, que es el gran cáncer de la democracia. Esto afectaría a instituciones de funcionamiento como el Tribunal de Cuentas, e instituciones de reforma como el Parlamento de los diputados, donde la ciudadanía tiene que tener también una participación más directa. Disminuyamos el medio millón de firmas necesarias para que una iniciativa popular entre en el Congreso; evitemos todos los trámites de visado por notario de esas firmas y dejemos que un miembro o dos de esa plataforma puedan explicarla en el Congreso. Y en el ámbito de la transparencia y de la lucha contra la corrupción, la sociedad nos exige reformas de forma clara, entre otras razones por eso hemos dicho no a la Ley de Transparencia del Gobierno, que se queda demasiado corta. Y además carece de toda legitimidad y credibilidad un Gobierno que está atrapado en una corrupción estructural en su partido y que ha vivido en la impunidad durante mucho tiempo.
Buena parte de las propuestas del PSOE remarcadas en su Conferencia Política dependen de amplios consensos en el Congreso que hoy son utópicos. Una reforma constitucional requiere el voto favorable de dos tercios de la Cámara y muchos de sus planteamientos son inviables sin ella. ¿Habría que hablar por tanto de objetivos más que de compromisos?
En este país fuimos capaces de construir consensos importantes en situaciones sociales y políticas muy críticas. Un país que salía de una dictadura de más de 40 años estaba además con enormes cicatrices y fuimos capaces de hacerlo. Es verdad también que el que está en el Gobierno tiene mayor responsabilidad, por eso el Partido Popular debe ser capaz de dejar esa política de no negociación. Ahí está la ley educativa, la ‘Ley Wert’, que nace muerta a pesar de tener un gran respaldo en número de diputados.
¿No va a tener nunca España un gran pacto por la Educación?
Nosotros lo intentamos en la pasada legislatura. Lo que no puede ser es que salga una ley como la educativa sólo con los votos del PP: no tiene el apoyo de ningún partido político, ni de la comunidad educativa, ni de los alumnos, ni de los padres, ni de los gobiernos autonómicos que no son del PP y que han manifestado que harán todo lo posible para que esta ley no entre en vigor. Por eso decimos que la ‘Ley Wert’ nace muerta, porque realmente no va a poder aplicarse, no le quepa la menor duda.
Pero es que no se ha conseguido una reforma educativa estable en décadas. Quizá si se buscara una reforma en lo esencial que dejara de lado las ideologías…
Nosotros hemos intentado pactos educativos, no los hemos conseguido unánimes, pero nunca hemos aprobado una ley en contra de todo el mundo. El Partido Popular hace esto con todas las leyes importantes: el Pacto de Toledo ha saltado por los aires, ha aprobado la reforma de las pensiones sólo con sus votos y eso es algo que no había hecho ningún partido en la historia de la democracia. Están en contra todos los partidos, los sindicatos y la Confederación de Empresarios. Nosotros reformamos las pensiones y el PP no nos apoyó porque le parecía que no podía retrasarse la edad de jubilación, fíjese usted, una ‘tontería’ en comparación con lo que ha hecho ahora, pero teníamos el acuerdo de todos los demás grupos, de los sindicatos y de la Confederación de Empresarios. Eso es un acuerdo sólido, ¿hubiera sido mejor con unanimidad? Sí, pero al menos hubo un acuerdo.
En cuanto a la proposición no de ley (PNL) registrada en el Congreso el 2 de diciembre para denunciar los acuerdos de España con la Santa Sede y proponer su ruptura, su recorrido se prevé corto por el freno que supondrá la mayoría absoluta del PP, ¿por qué la presentan ahora y no durante su última etapa en el Gobierno?
Si no se aprueba, formará parte de nuestro programa de Gobierno para las próximas elecciones. Se hace ahora porque así se comprometió Alfredo Pérez Rubalcaba en el Congreso de Sevilla y así fue ratificado también en la Conferencia Política que celebramos recientemente. Creemos que es el momento adecuado. La sociedad española ha cambiado mucho desde que se firmó el actual concordato hace más de 30 años. Entre otras cosas, no teníamos aprobada la Constitución. La sociedad española es más laica y entiende ahora mayoritariamente que el poder público no puede interferir en las creencias de los individuos y tampoco deben hacerlo las religiones en lo que se refiere al establecimiento de leyes que deben ser respetuosas con todas las creencias.
Respecto a Castilla y León, ¿ha configurado el PSOE una alternativa para la Comunidad desde las pasadas elecciones de 2011?
El PSOE de Castilla y León lo está haciendo conjuntamente con el partido federal, por ejemplo con una participación muy activa en la pasada Conferencia Política, pero lo hace todos los días en las Cortes y en los ayuntamientos. Se opone a muchas de las medidas que está poniendo en marcha el Gobierno del Partido Popular con un despliegue de demagogia absoluta, por cierto, porque aquí tenemos a un presidente Herrera que cuando gobernaba Zapatero convertía los plenos de las Cortes en un debate bis del Congreso: toda la culpa la tenía Zapatero, y ahora que gobierna el suyo se dedica de vez en cuando a decir que no está de acuerdo en algunas cosas, pero luego todos sus diputados de Castilla y León van al Congreso y votan ‘sí bwana’. Y aparte de manifestar nuestra oposición, estamos proponiendo alternativas. Óscar López propone un suelo social y una política sanitaria diferente. Creo que estamos configurando con fisionomía propia un proyecto alternativo para una región que ya estaba atascada cuando España no estaba viviendo una crisis económica y que ahora sufre duramente las consecuencias de la crisis.
El PSOE registró el 26 de noviembre una PNL para instar al Gobierno a que garantice la construcción del AVE Madrid-Galicia en las condiciones iniciales previstas. Y tres días después, Fomento anunció más de 800 millones en licitaciones para las líneas a León, Palencia, Burgos, Zamora y la variante de Pajares, además de confirmar que la alta velocidad llegará a Zamora y Salamanca en 2015, ¿no es suficiente?
Desde luego que no es el compromiso que el PP adquirió, con el que se presentó a las elecciones y con el que consiguió muchos de los votos que le dieron la mayoría. Lo que reclamamos del PP es que cumpla con las inversiones y el calendario previsto. Y por supuesto, no queremos un AVE de segunda para Valladolid y Zamora. Lo que propone la ministra ahora afectará muy negativamente, entre otras cosas, a las frecuencias y, por tanto, repercutirá negativamente en el servicio al ciudadano y mermará las expectativas de generación de riqueza que se habían comprometido con el proyecto y las inversiones hechas ya por el Gobierno socialista.
Si Herrera no concurriera a las próximas elecciones autonómicas, ¿sería mayor la oportunidad del PSOE?
Nuestra fortaleza y oportunidades están en nosotros mismos, no nos importa mucho el candidato que tengamos enfrente. Tenemos enfrente un partido político en Castilla y León gravemente deteriorado, desgastado y con políticas muy fracasadas, y quién encabece ese proyecto no nos interesa mucho.
¿Percibe el perjuicio de la bicefalia Óscar López-Villarrubia?
No. Villarrubia es el secretario general, dirige la Ejecutiva autonómica, y Óscar López es el portavoz en las Cortes, una persona de la que sí que quiero señalar el gran compromiso con esta Comunidad. Óscar López fue elegido secretario de Organización con posterioridad a las elecciones autonómicas y él desde luego mantuvo su compromiso con la ciudadanía, entendió que un proceso interno del partido como es un Congreso no podía perturbar ni fracturar el compromiso que había adquirido con los ciudadanos de Castilla y León, y por tanto se mantuvo de portavoz en las Cortes haciendo un excelente trabajo.
¿En la pugna entre el secretario general y el portavoz en las Cortes podría haber una tercera vía?, ¿usted, por ejemplo?
Primero no veo la pugna, por lo tanto…
Quizá en la opinión pública sí se percibe esa pugna…
No es el momento de hablar de terceras vías, es momento de hablar del trabajo que se hace desde la Ejecutiva regional y desde el Grupo Parlamentario regional. Un trabajo que solamente tiene un objetivo, que es hablar de los problemas de los castellanos y leoneses. Sinceramente, yo entiendo el interés periodístico de hablar de otras cosas…
La pregunta es ‘obligada’…
Pero yo le digo también que estoy absolutamente convencida de que la gente de Castilla y León lo está pasando muy mal, muy mal. El paro, las prestaciones por desempleo reducidas, las personas que están viviendo con miedo a perder su trabajo, cómo ven que no pueden pagar el comedor escolar a sus hijos cuando hace dos años sí podían, cómo ven a sus padres que tienen que pagar un copago en una farmacia hospitalaria por enfermedades crónicas… Eso es lo que está viviendo la gente, y lo que esperan de un partido que es alternativa de Gobierno es que hablemos de esto, de las cosas que les preocupan.
Precisamente por eso, en plena crisis llaman la atención discrepancias internas como la que se vivía recientemente en su ciudad, Valladolid, entre Óscar Puente (portavoz socialista en el Ayuntamiento) y Juan José Zancada (portavoz socialista en la Diputación), ¿cómo lo ha vivido?
Lo he vivido, indudablemente. Fue un problema interno por unas declaraciones que no fueron entendidas por el portavoz municipal y desde luego había base para que le molestaran, puesto que el portavoz socialista en la Diputación se disculpó públicamente, y una vez hecha esa disculpa, fueron aceptadas y el trabajo sigue con la mayor normalidad. Por lo tanto es un hecho no deseable, que no debe producirse, pero una vez que se ha producido, creo que se ha zanjado de la forma más razonable.
¿Es Óscar López “la herramienta del partido en las Cortes”, como dijo Zancada?
Óscar López es el portavoz de los socialistas en las Cortes de Castilla y León y el secretario de Organización Federal del PSOE. Es, por tanto, una persona importante en la política autonómica y en la nacional.