«Desistir», la opción más favorable, según asegura la consultora

El análisis de PwC concluye que «la opción más favorable» para la empresa propietaria de la central de Garoña sería la de «desistir de la solicitud de renovación de autorización de explotación». Porque «con las condiciones actuales o previsibles del mercado no se genera el Ebitda (resultado de explotación) que permita recuperar las inversiones necesarias» para su actividad hasta dentro de 14 años.

Desde que cesó la actividad temporalmente, a la espera de la resolución del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) se pronunciase sobre su futuro, Nuclenor habría invertido ya 330 millones en Garoña. A esa cifra habría que añadir los aproximadamente 205 millones derivados de las exigencias del CSN publicadas el pasado 8 de febrero, cuando se autorizó su explotación bajo determinados requisitos. Ahora, el Gobierno dispone de seis meses para decidir qué hará con la central y bajo qué condiciones económicas.

Por su parte, los consejeros de Endesa presentes en el órgano de dirección de Nuclenor rechazaron ese informe presentado por los de Iberdrola, alegando que se trataba de un análisis «de parte» que «carece de la más mínima credibilidad», según fuentes de la compañía presidida por Borja Prado. La eléctrica considera que los cálculos son «insuficientes», porque también debe valorarse el coste económico que tendría cerrar la planta. Además, consideran que la proyección de precios del ‘pool’ a se limita a tres años, sin tener en cuenta lo que pueda ocurrir desde 2020 hasta 2031.