Despedida y cierre
E ra la última sesión de control parlamentario de la agónica Legislatura autonómica y todos los grupos de oposición habían registrado preguntas al presidente de la Junta lo suficiente genéricas como para suscitar en el hemiciclo lo que llegado el momento les viniera en gana. Y el portavoz socialista, Luis Tudanca, que tantas veces ha deplorado la gestión del actual gobierno autonómico, optó por dispensar una despedida amable a Juan Vicente Herrera, a quien considera un político amortizado que ya no es su rival en la carrera por la presidencia de la Junta.
De forma que Tudanca, que ya ensaya maneras presidenciales, no quiso despedir con acritud a Herrera, hasta el punto de que renunció a su turno de réplica, algo absolutamente insólito en el portavoz del primer partido de la oposición. La otra izquierda de la Cámara también le deseó al presidente lo mejor en su futuro personal —que ya veremos si no sigue siendo político— pero no desaprovechó la ocasión para censurar sin cortarse un pelo su labor. Con menos vehemencia de la habitual pero con la misma dureza de siempre, lo hizo el portavoz de Podemos, Pablo Fernández, quien incluso puso epitafio político al todavía presidente de la Junta: «Juan Vicente Herrera, el despoblador». La despoblación, la desigualdad social, la precariedad laboral y la corrupción son a juicio de Fernández los rasgos distintivos del gobierno autonómico saliente.
Juan Vicente Herrera, que tampoco andaba con ánimo belicoso, no tuvo más remedio que contraatacar y lo hizo en tono irónico, aludiendo al eslogan de precampaña adoptado por el líder de Podemos («Va a llegar la primavera a Castilla y León»), en línea, apuntó, con aquel programa electoral que Podemos editó a modo de catalogo de Ikea. «De fuerza emergente y adanista han pasado a encaminarse hacia el más absoluto de los ridículos», replicó Herrera. No se lo puso tan fácil el procurador de IU, José Sarrión, quien señaló la corrupción, la degeneración de las relaciones laborales y las deslocalizaciones industriales como los tres principales lastres de la Junta en la legislatura que concluye. Y aquí el presdiente, que siempre ha mostrado gran respeto intelectual por Sarrión, se limitó poco más que a reprochar a su interlocutor «un pesimismo excesivo»
Al término de las preguntas al presidente —también hubo una de absoluto guante blanco realizada por el portavoz de Ciudadanos— el nuevo presidente de la Cámara, Ángel Ibáñez, tuvo a bien dedicar unas breves palabras de despedida a quien durante 24 años ha sido procurador y los últimos 18 presidente de la Junta. Dichas palabras fueron refrendadas por un aplauso que no llegó a ser unánime debido a que tres procuradoras de Podemos pasaron de secundarlo.
La sesión plenaria que cierra la legislatura autonómica no es precisamente de trámite, ya que en el denso orden del día a despachar a lo largo de este miércoles figuran, entre otras iniciativas, la modificación de la ley de caza con la que se pretende establecer la actividad cinegética en Castilla y León y una nueva ley dirigida a favorecer la conciliación laboral y eliminar la brecha salarial de género. A partir de la próxima semana, en que serán convocadas las elecciones autonómicas y hasta que se constituya la nueva Cámara resultante de las mismas, las Cortes de Castilla y León quedan reducidas a los 18 procuradores que integran su Diputación Permanente.