La campaña de verano se salda con un media de 17 incendios diarios

La campaña veraniega de extinción de incendios no se está caracterizando por siniestros de grandes dimensiones, pero el intenso calor y la abundante vegetación han motivado la aparición de pequeños incendios a lo largo y ancho de Castilla y León. Concretamente, desde que se puso en marcha el operativo, el 1 de julio, se han producido una media de 17 fuegos diarios, de los que sólo uno, originado el sábado 17 de julio en Fonfría (Zamora), está catalogado como gran incendio, al haber superado las 500 hectáreas calcinadas. Hubo otro más, producido en el municipio de Portillo (Valladolid) que alcanzó las 700 hectáreas, pero ocurrió fuera del período de la campaña, por lo que no se computa en la misma. La suma total de siniestros hasta el 20 de julio es de 336 y la superficie total calcinada asciende a 3.390 hectáreas, lejos aún de las 8.245 arrasadas en el global de la campaña del pasado verano, que fue particularmente nefasto en esta materia. Sin embargo, todavía quedan varios meses para que acabe la campaña y cabe recordar que el pasado año, los rayos provocados por las tormentas causaron numerosos incendios durante la primera quincena de agosto, principalmente en el sur de Ávila, una zona muy azotada por las llamas, por lo que se prevé que el número de incendios se incremente en el mes de agosto. En lo que va de campaña de incendios 2004, la mayoría de los casos a los que han tenido que enfrentarse los profesionales fueron conatos -los de menos de una hectárea quemada-. Causas Los primeros datos obtenidos en la presenta campaña todavía se encuentran en fase de análisis e, incluso en perimetración. Un gran número de incendios se encuentran aún clasificados como 'causa desconocida' o 'motivo sin determinar'. Sin embargo, la negligencia vuelve a ser, hasta el momento, el motivo más habitual de los fuegos, con 57 casos. Los intencionados, que ascienden a 38, y los producidos por maquinaria agrícola a 34, también ocupan un lugar destacado en el listado de incendios surgidos en las nueve provincias de la comunidad castellanoleonesa. La rápida intervención gracias a la existencia de más medios aéreos, el incremento de medios humanos y la mayor coordinación y profesionalización de los equipos impide la extensión de las llamas. Esta circunstancia se refleja en los informes del Centro Autonómico de Mando (CAM) que se ven salpicados de multitud de conatos de unas pocas hectáreas.