Diario de León

Recuerda que las ayudas del Estado y las autonomías son para que cumplan con lo que dicen

Cabrera afirma que las universidades deben justificar el dinero que reciben

La ministra de Educación cree que la reforma de la Ley impulsará la mejora de los centros

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efe | ávila

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La ministra de Educación y Ciencia, Mercedes Cabrera, anunció ayer en Ávila que la reforma de la Ley Orgánica de Universidades exigirá a los setenta centros universitarios existentes en España que «respondan del dinero público» que se les concede desde las administraciones. Cabrera realizó estas manifestaciones durante el acto público celebrado ayer en la capital abulense para hacer balance de la acción de los socialistas durante los dos años al frente del Ejecutivo central. La titular de Educación y Ciencia afirmó que la «apuesta» de su departamento para los últimos dos años de la presente legislatura se centrará en la reforma de las universidades y en el «impulso» de la educación y la ciencia. Según explicó, la reforma de la Ley Orgánica de Universidades, presentada en la Comisión de Educación del Congreso, tratará de «abrir estos centros a la sociedad en su conjunto», de manera que «permita a más gentes de diferentes edades y trayectorias vitales, entrar y salir de la universidad cuando quieran y puedan hacerlo». En este contexto, aseguró que la nueva norma otorgará «más autonomía a las universidades», a la vez que las exigirá «que respondan del dinero público que se les da desde las comunidades autónomas y el Estado». «El dinero que se les entrega es para que cumplan con lo que anuncian», precisó Mercedes Cabrera, quien consideró que de esta manera se pretende «hacer de la universidad española una universidad europea». Según dijo a los periodistas antes del acto al que asistió algo más de un centenar de personas, entre las que figuraba el delegado del Gobierno en la comunidad, Miguel Alejo, esta reforma se inscribe en el denominado «Proceso de Bolonia», cuyo horizonte está fijado en 2010, para lograr la convergencia con Europa. En su opinión, se trata de «una oportunidad para que las universidades españolas mejoren», lo que «no quiere decir» que en la actualidad sean «un desastre».

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