Veinte familias siguen sin hogar

Aun hoy quedan secuelas de la explosión de gas que fulminó un edificio de cinco plantas y segó la vida de 9 personas. Además, la deflagración causó heridas a más de treinta personas, en la mayor tragedia nacional de estas características ocurrida la última década, según fuentes de la asociación que agrupa a los afectados por este suceso. La explosión no sólo motivó la desaparición del bloque número 4 de la calle Gaspar Arroyo, donde se produjo la detonación, sino que también provocó el derribo posterior de los bloques números 2 y 6 por el efecto de la onda expansiva, amén de dejar secuelas importantes en los edificios 1, 3, 5 y 7 de la misma calle. En su conjunto sumaron 175 viviendas que durante los últimos doce meses han tenido que ser reparadas. En concreto, más de trescientas personas a titulo particular o como comerciantes se vieron damnificadas, amén de los heridos y las víctimas mortales. Una veintena de familias aún no han podido regresar a sus hogares y está pendiente la reconstrucción de los tres bloques derruidos. Gesto solidario Un año después del suceso, un logotipo diseñado por el artista vasco Agustín Ibarrola, que fue creado para recordar la tragedia, ocupó un lugar destacado en la zona cero , presidida por un panel con el nombre de las nueve víctimas mortales, arropado por las flores, cartas, poesías y dibujos de medio millar de escolares.