Diario de León

Aparece esquilmado el bosque fósil de Valdesamario, con 310 millones de años

Los expoliadores se llevan, trozo a trozo, las «sigillarias» o raíces de plantas gigantes, únicas en su género

Un vecino de la zona muestra dos de los escasos fósiles que han sobrevivido al destrozo, ya rotos.

Un vecino de la zona muestra dos de los escasos fósiles que han sobrevivido al destrozo, ya rotos.

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emilio gancedo | valdesamario
León

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Una ladera completa surcada de fósiles de sigillarias o raíces de plantas gigantes que vivieron hace 310 millones de años ha quedado arrasada por completo. Ha ocurrido en Valdesamario, donde hace cinco años se dio a conocer la existencia de este extraordinario «bosque fósil» del período carbonífero que tiene su continuación en una serie de afloramientos situados en el cercano valle de Igüeña.

«El 15 de junio yo lo visité y estaba entero. El 17 me di cuenta de que faltaban dos fósiles de la parte baja. El 24 de julio también me acerqué y fue entonces cuando vi que se lo habían llevado casi entero, sólo han dejado algunas de las raíces, pero rotas por los extremos o troceadas», informa una vecina de Riello muy interesada en el tema ya que acudió a la charla que sobre este bosque fosilizado ofreció hace unos meses en la comarca la asociación cultural Promonumenta.

Miembros de esta misma asociación, junto con integrantes del Instituto de Estudios Omañeses, han sido los encargados de confirmar sobre el terreno el testimonio de la citada vecina: en efecto, la ladera, de aproximadamente unos 60 metros de alto por unos 200 de ancho, aparece ahora esquilmada y «limpia» de fósiles, exceptuando unos pocos muy dañados. Otra parte del yacimiento, más pequeña y situada algo más lejos, ha quedado a salvo gracias a que el ayuntamiento de Valdesamario se ha encargado de cubrirla rápidamente con tierra para evitar más expolios.

Desastre patrimonial . «Es una pérdida patrimonial terrible, un auténtico desastre -juzga Alipio García de Celis, profesor de Geografía en la Universidad de Valladolid-. Esto lo han hecho personas que conocían muy bien el valor patrimonial del yacimiento, su gran antigüedad y su enorme valor». En cuanto al modo en el que los expoliadores cometieron el robo, Alipio García comenta sorprendido que, «dado lo enorme de la superficie esquilmada, seguramente esta gente ha tenido que hacer uso de una infraestructura importante, supongo que habrán empleado un martillo neumático o una radial, a la vista de los cortes limpios que presenta la ladera».

Y así, cualquier persona que ahora se acerque al lugar -fácilmente accesible, por otra parte- puede comprobar cómo los fósiles han dejado paso a unas huellas ocres que indican el espacio dejado por unas sigillarias que en ocasiones llegaban a alcanzar hasta 4,60 metros de diámetro y que en la zona eran llamadas «culebras» por su semejanza con las serpientes.

Desde el Gobierno autonómico, el delegado de la Junta en León, Eduardo Fernández, ha comunicado que, a causa de un cierto «vacío legal» existente sobre este tipo de patrimonio, «la Junta sólo tiene competencias sobre fósiles humanos», quedando fuera de ella los animales y vegetales. Una afirmación contestada por el profesor Alipio García: «Existe una institución, la Fundación del Patrimonio Natural de Castilla y León, con atribuciones muy claras sobre este tipo de bienes, y a quien corresponde velar por la conservación y puesta en valor de los mismos; esa fundación depende de la Junta».

Otra persona que mostraba ayer gran consternación por lo ocurrido fue el alcalde de Valdesamario, José Díez Pérez, del PP, cuyo municipio había cursado recientemente una petición de subvención al gobierno autonómico para elevar una valla alrededor de la ladera y así evitar unas rapiñas que ya empezaban a temerse tanto en este valle como en el de Igüeña.

Palabras del alcalde. «Es verdaderamente lamentable el abandono en el que estamos sumidos en materia de patrimonio -"reflexionaba José Díez-", la voluntad de ayuda de la Junta de Castilla y León con respecto al patrimonio de municipios pequeños como el nuestro es muy escasa. Nosotros habíamos solicitado una ayuda económica para hacer una simple valla, que no cuesta mucho, pero aún así nos la negaron, a pesar de que luego tiran el dinero por ahí en cualquier cosa».

«Aquí podría haber venido mucha gente a ver el bosque fósil, pero para eso teníamos que haberlo tenido en condiciones, para la supervivencia de este tipo de pueblos es básico que vengan visitantes. A la Junta se le llena la boca con la ayuda a pequeños municipios y luego, mira...».

Una de las profesionales que más a fondo habían estudiado estos afloramientos es Carmen Diéguez, paleontóloga del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC. Esta experta siempre defendió que los yacimientos leoneses «son los únicos, de los tres que existen en España, que poseen lo que llamamos 'flora in situ y en posición de vida'». «La gran importancia científica y patrimonial de este conjunto del Carbonífero Superior se debe a que estos elementos persisten en el mismo lugar en el que vivieron, por lo que estamos ante uno de los raros ejemplos de floras in situ a nivel mundial», declaró Carmen Diéguez. «En conjunto, estas floras podrían considerarse como fotografías de unos paisajes que existieron en España hace más de 310 millones de años, y nos permitían reconstruir tanto la estructura de sucesivos bosques que existieron en la zona como de las plantas que los formaron, y las relaciones que entre ellas existieron».

Raíces y tallos de especies como Calamites , Anularia , Asterophyllites, Sphenophyllum , grandes helechos ( Pecopteris ), Stigmaria de hasta más de 12 metros y las ya citadas Sigillaria fueron sorprendidas en Valdesamario por bruscos movimientos de tierra antes de llegar al estado fósil. A lo que no han podido sobrevivir, sin embargo, ha sido a la mano del hombre.

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