Un documental echa por tierra la imagen triste del leonés Antonio Vega

Ni triste ni solitario. El leonés Antonio Vega, líder de Nacha Pop y músico de referencia de la movida, no era como le pintaba la prensa de los 80 y 90. Era un hombre alegre, vital y vivió buena parte de su existencia rodeado de amigos. Un disco recopilatorio, Ese chico triste y solitario, el homenaje que en 1993, coincidiendo con su debut en solitario le tributaron Gabinete Caligari, Alaska, Los Secretos, Rosendo, Ketama, Tam Tam Go o Aviador Dro, fue el responsable de que tuviera esa apariencia atormentada. «La culpa la tuvo ese recopilatorio», afirma su hermano Carlos Vega. «El título le disgustaba mucho porque se puso al margen de su autorización y de su voluntad», añade. Apartir de ahí se habló de su tristeza.»Fabricaron una imagen comercial sin su consentimiento». Además, los medios explotaron su faceta salvaje, el célebre sexo, drogas y rock and roll. «Puro morbo. Era muy goloso y fácil caer en el lado oscuro y más con un personaje que hablaba abiertamente de las drogas que tomaba», apunta la periodista Paloma Concejero, que ultima un documental sobre la vida de Antonio Vega.