Diario de León

Hubo paz para los malvados en los Goya

Enrique Urbizu fue el vencedor en una ceremonia que también premió a Elena Anaya y José Coronado.

José Coronado, Mejor Actor; Enrique Urbizu, realizador de ‘No habrá paz para los malvados’, Goya a la mejor película y director; y Elena Anaya, mejor actriz.

José Coronado, Mejor Actor; Enrique Urbizu, realizador de ‘No habrá paz para los malvados’, Goya a la mejor película y director; y Elena Anaya, mejor actriz.

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El filme No habrá paz para los malvados, del realizador vasco Enrique Urbizu, ganó anoche el premio Goya a la mejor película en la 26 edición de estos galardones. Estrenada en el Festival de San Sebastián, el filme de Urbizu se impuso a La voz dormida, de Benito Zambrano, La piel que habito, de Pedro Almodóvar, y Blackthorn, de Mateo Gil. El filme, sostenido en el personaje de un heterodoxo policía en el sórdido extrarradio madrileño y protagonizada por José Coronado, dio a Urbizu su primera victoria en los Goya, además del aplauso de la crítica y el beneplácito del público.

En la 26 edición de los premios Goya ganaron, prácticamente sin excepción, las películas que partían como favoritas en todas las quinielas. Apenas hubo voces críticas —salvo la del presidente de la Academia para reclamar más imaginación y mejores películas—, en una ceremonia que seguramente no pasará a la historia. Elena Anaya se alzó con el premio a la mejor actriz y María León a la mejor actriz revelación. La veterana Ana Wagener se llevó el premio a la mejor intérprete femenina de reparto. Entre los chicos, el premio al mejor actor fue para José Coronado, que desbancó a Antonio Banderas, Luis Tosar y Daniel Brühl. El Goya al mejor actor de reparto fue para Lluis Homar; y el de actor revelación, para Jan Cornet.

Arrugas logró el Goya a la mejor película de animación y el mejor guión adaptado. Kike Maíllo se llevó el premio al mejor director novel por Eva. La mejor película iberoamericana fue Un cuento chino, de Sebastián Borensztein y con una gran interpretación de Ricardo Darín. El mejor filme europeo, la premiadísima película muda y en blanco y negtro, The artist.

Sin rastro de Anonymous en la gala de los Goya, después de que la policía ‘peinara’ la zona y registrara hasta el apuntador, la presencia de Antonio Banderas, junto a su esposa, Melanie Griffith, y de Salma Hayek. dieron un toque hollywoodiense a la ceremonia, presentada por Eva Hache. Santiago Segura puso el mejor humor de la noche. También hubo un recuerdo para los compañeros fallecidos a lo largo del año. El Goya de Honor lo recibió en esta 26 edición la directora Josefina Molina.

«Hubiera preferido no hacer esta película», afirmó Isabel Coixet al recibir el premio al mejor documental por Escuchando al juez Garzón.

Un salto al vacío. El presidente de la Academia de Cine, Enrique González Macho, pidió «prudencia» ante los cambios legislativos anunciados por el Gobierno, ya que «la industria cinematográfica no se puede permitir un salto en el vacío». Asimismo, González Macho ha alertado de que «Internet no es una alternativa ni sustituto, ni tan si quiera un complemento al enorme esfuerzo económico que supone producir cine». El presidente de la institución ha subrayado que «dentro de la Academia y del cine español hay lugar para todo tipo de sensibilidades políticas, culturales y sociales». En su discurso también hubo espacio para la autocrítica: «Es verdad que el año pasado nuestra cuota de mercado fue algo mejor que en el año anterior, pero deberíamos decir que fue algo menos mala porque es totalmente insuficiente y hemos de esforzarnos para alcanzar la cuota que nuestra cinematografía merece».

El espontáneo. Con una camiseta con la bandera pirata en la espalda, se ha adelantado a Isabel Coixet en uno de los momentos más delicados de la gala, cuando recogía su premio por el filme Escuchando al juez Garzón, para decir: «Como ‘apretacocreta’ me tiro al ruedo», ante el estupor de los asistentes. «Queremos hacer el primer ‘western’ extremeño», añadió.

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