Mujeres de mano en pecho

Opinión | rosa belmonte

Nos ponemos a ver quién es la reina de las mañanas, si Ana Rosa Quintana o Susanna Griso. O quien es la reina de los sábados por la tarde, si María Teresa Campos o Concha Velasco. Pero la que siempre acaba destacando es Mercedes Milá en su Taifa de Gran Hermano. «Creo que Vasile está llamando para que no me vuelva loca del todo», dijo en un momento de la gala del jueves, durante la entrevista al expulsado Cristian. Rebobinemos. A esas alturas ya había dejado al concursante que le tocara las tetas. Primero una y al rato, otra. Y, además, le había enseñado el culo. Es lo que tiene llevar una falda de can-can. Si no te la levantas, qué sentido tiene. Como el muchacho le había dicho que ganaba en persona, ella se creció (que no es que lo necesite): «¿A que sí? Estoy hasta buena». Y el otro: «Tampoco.». Total que empezó por dejar que le tocara un pecho. «Las tuyas son naturales, no como las de Laisa», dice Cristian al palparlas.

Y más tarde llegó lo de la falda. La Milá le dio la espalda y se la levantó (la falda). Un calvo con medias negras de encaje. Luego ya mutó en seria y ejerció de estricta gobernanta (de Rottenmeier) con el tal Danonino. La pondrán a caldo (a calvo), pero hay que ver qué narices. Con 60 años, tiene una libertad envidiable. No quiero decir que le dejen hacer lo que quiera en su empresa (que casi también), sino que ella misma no se pone límites a la hora de hacer lo que otros considerarán el ridículo.

Pero hacer esas cosas, digamos que ordinarias, a su edad tiene más mérito que siendo tronista.

El otro día, en el estreno de Alaska y Mario , Olvido Gara, otra mujer libre, fue al cirujano Monereo con su marido y le dijo que quería ponerse más pecho. Y nada más empezar el ‘reality’ ya teníamos a Alaska con el pecho al aire y al médico palpándoselo. Además llevaba medias color carne y bragas. Yo creo que Mercedes Milá lo vio y se dijo que si había que enseñar algo iba a ser con medias negras de encaje. Si es que se aprende mucho viendo la televisión. Mercedes Milá y Alaska, dos mujeres libres de mano en pecho.