Diario de León

Faemino y Cansado o ‘Parecido no es lo mismo’ fulminan la taquilla

La conocida pareja cómica aterriza esta noche en el Auditorio con su último show.

Los humoristas Faemino y Cansado.

Los humoristas Faemino y Cansado.

León

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Hace días que fulminaron la taquilla, lo que prueba, con la que está cayendo, que los leoneses necesitan reírse y que en un asunto tan serio Faemino y Cansado son infalibles.

Bromas aparte, forman la pareja perfecta -de ahí que les salgan tantos imitiadores-. Lectores impenitentes de Kirkegaard, Faemino y Cansado llevan más de 30 años juntos y se lo toman con humor, de lo contrario ya se habrían divorciado. Porque, como dijo su filósofo de cabecera: «Si te casas lo lamentarás. Si no te casas, también lo lamentarás». Esta noche, a las 21.00 horas, desembarcan en el Auditorio Ciudad de León para explicar que Parecido no es lo mismo, lo cual tiene su miga.

Es su sexto trabajo como humoristas, en el que puede que cuenten parecidas historias pero, en ningún caso, las mismas -ojo al matiz-.

En sus monólogos, difíciles de etiquetar, importa más cómo lo cuentan que lo que cuentan.

Todo en ellos es tan incoherente y descabellado como su web. Delirantes, surrealistas, ingenuos, con un humor tan peculiar como ellos mismos, no hacen imitaciones, no hablan de política, huyen de los chistes y necesitan poca escenografía: dos micrófonos y dos focos de luz. ¿Entonces de qué se ríen? Principalmente, de sí mismos.

Vestidos con ropa ‘de faena’, pantalones con tirantes y chaquetas brillantes -un estilo ‘casual’- estos dos payasos están empeñados en explicar a la gente dónde está exactamente Australia (como si fuera cuestión de vida o muerte) y, en pro de la economía, pretenden que el consumidor reflexione cómo es posible que 50 mililitros de perfume cuesten 60 euros.

A propósito del vestuario, Cansado ha declarado: «Hacemos un personaje si tenemos ropa para hacerlo, si no, no hacemos nada». Prueba de ello es que sólo han sido capaces de montar seis espectáculos en treinta años. Pura indolencia, como la del hombre impuntual, que nunca llegó a aparecer en el escenario. Seguro que se pusieron Faemino y Cansado por absoluta vagancia, dado que sus nombres son más largos: Ángel Javier Pozuelo Gómez (el calvo) -sin ánimo de ofender- y Juan Carlos Arroyo Urbina (el alto) -con perdón del bajo-.

Si hay algo que bordan son los brindis, como bien sabe su legión de fans. Todo es igual pero siempre es distinto. Ya lo dice el título del espectáculo. Y hay que darle muchas vueltas (con lo que al final se acaba en el mismo sitio) o ser muy seguidor de Kirkegaard, como ellos, para que sus viejas historias y sus neuróticos personajes, como el gran Mimón, los hermanos siameses, el paciente que tiene prohibido comer cordero o el actor novato, resulten siempre diferentes.

Lo cierto es que a ellos mismos, en muchas ocasiones, les hacen tanta gracia sus absurdos diálogos que acaban tronchándose en el escenario.

Tan inmortales como el hombre que siempre hacía cola o sus ‘dobles’ beodos, Arroyito y Pozuelón -obsérvese el guiño con sus apellidos- o el óptico y el cegato, Faemino y Cansado se tienen prohibido trabajar más de diez días al mes. Empezaron su andadura cómica un domingo de los ochenta en el parque del Retiro. Querían ganar unas pelillas (no se había inventado el euro) para llevar a comer a sus amigos. No han parado...

Lugar: Auditorio Ciudad de León.

Hora: 21.00.

Entradas: agotadas.

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