TELEVISIÓN
Los ganadores de Eurovisión, sospechosos de plagio
Acusan también a Azerbaiyán de haber comprado votos.
Emmelie de Forest canta su ‘Only teardrops’ en la final de Eurovisión el pasado sábado.
La canción de Dinamarca que ganó el Festival de Eurovisión el sábado pasado podría ser un plagio de un tema holandés que incluye una melodía de flauta muy similar.
Only teardrops , interpretada por Emmelie de Forest, comenzaba con una introducción musical que recuerda a I Surrender del grupo holandés ya desaparecido K-Otic, que no ha pasado inadvertida para los usuarios de las redes sociales en Holanda, informa ayer la prensa del país. El productor musical Eric van Tijn reconoce que la similitud de la melodía de flauta es grande, pero destaca que es el único parecido entre los dos temas, informa el diario De Telegraaf . El portavoz de Eurovisión, Sietse Bakker, por su parte, hizo hincapié en la diferencia que existe entre un parecido y un plagio, y aseguró que todos los años hay críticas de este estilo.
La radio holandesa 3FM llamó ayer al cantante del grupo K-Otic, Bart Voncken, para conocer su opinión. Voncken aseguró que cuando oyó la canción durante el festival de Eurovisión no se percató del parecido.
Después de escuchar ambos temas, en cambio, afirmó que en efecto hay notas muy parecidas en ambas canciones, pero en su opinión no lo suficiente como para considerarlo un plagio. La canción folk danesa que ganó la 58 edición de Eurovisión, celebrado en Malmö (Suecia), ya partía como favorita y finalmente se concretó en la tercera victoria de Dinamarca en el festival. Por otro lado, y según recoge Fórmula TV del medio lituano 15min.lt, Azerbaiyán, que quedó en segunda posición en la final de Eurovisión gracias al cantante Farid Mammadov y su tema Hold me , habría supuestamente comprado votos en los países de poca población o de poca participación en el famoso festival. Según Fórmula TV, el medio lituano inició una investigación con dos de sus periodistas que se encontraron el pasado fin de semana con dos hombres de habla rusa que ofrecían tarjetas de móvil sim cargadas con saldo para que se votara todo lo posible de forma telemática a Azerbaiyán.
Todo ello a cambio de una recompensa de 20 euros, persuadiendo especialmente a los alumnos universitarios.