Cuando los modelos son artistas

Nadir es un artista diferente. Es capaz de encerrase en la pequeña celda de su estudio y trabajar durante muchos meses para crear unas obras que cuenten a través del retrato cómo ve el artista a los personajes que, de alguna manera, manejan el mundo del arte y las exposiciones en la capital leonesa. Se trata de un conjunto de obras que hablan del Criterio que aquí se tiene a la hora de hacer una imprescindible labor cultural.

Utiliza como hilo conductor del contenido, la práctica del Criterio por parte de los protagonistas elegidos. «El uso de éste concepto -explica el pintor- es la herramienta fundamental que utilizan los retratados en el ejercicio de sus funciones. En unos casos desde el ámbito administrativo, en algunos casos desde el periodismo crítico y en otras desde el marco político o religioso». Así, figuras tan emblemáticas del ámbito cultural como: Juan Pablo García Valadés, Máximo Gómez Rascón, Luis Grau o Luis García, son algunos de los retratados, ellos se han brindado a posar para esta exposición original y sin precedentes.

Insiste el artista, «la razón fundamental de esta muestra, no es otra que la de reconocer su necesaria labor para con la difusión de las artes y hacerlo público de forma que el ciudadano sepa de su importancia dentro de la estructura de difusión y divulgación del arte. Y en estos tiempos en los que los presupuestos con los que se cuenta para dicha gestión, son mínimos, es cuando se ve mejor que nunca, la labor, profesionalidad y cariño por el Arte, que demuestran dichas personas desde su ámbito de su trabajo administrativo, periodístico o político».

En estos retratos, no se trata de reflejar a los personajes de una forma naturalista, «Simplemente -dice Nadir- he partido de la idea de representar al retratado buscando la esencia de sus rasgos formales, sin llegar a una mímesis selectiva, ni a una idealización de los rostros; pero sí buscando fijar las constantes físicas de los diferentes rasgos faciales, con el fin de encontrar la esencia de los mismos y poder plasmar con vocación de eternidad, la belleza espiritual, inherente a la labor que desarrolla cada uno de los protagonistas de esta exposición, para con el Arte». Una exposición diferente que tiene el contrapunto de unos lienzos más pequeños en los que el artista vuelve a mostrarse como un virtuoso de los pequeños bodegones.

Unos cuadros que están absolutamente llenos de contenidos, de citas, decolores, una auténtica muestra de belleza que contrasta con los serios rostros de los protagonistas de la exposición.