Diario de León

Crítica de televisión

Madres y peces

Publicado por
yolanda veiga
León

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La semana pasada entrevistaba Andreu Buenafuente en su programa a un pez verde fosforito del Manzanares... cocainómano para más señas. La voz se la ponía al pez Berto, que nos brindó uno de esos momentos mágicos que de vez en cuando uno encuentra en televisión. Humor en estado puro, sin pelucas ni hombres travestidos. Como el de las madres casaderas de Cuatro, aunque aquí sí hay hombres travestidos. No están teniendo las señoras un éxito arrollador. Ni con los hombres ni con la audiencia.

Pero hay que reconocer que ¿Quién quiere casarse con mi madre? es uno de los programas de humor más logrados de la televisión. Como ocurre con el espacio de Buenafuente, en el de Luján también hay primeros espadas y otros personajes más de relleno. El pata negra de ¿Quién quiere casarse con mi madre? es Libri, el asturiano al que le subtitulan. Le tocaba imitar a las Spice Girls, «espai werbs, espeis gueis». De ritmo cero, pero se entregó a fondo. Y remachó con un ‘cruzadíto’ que le dejó despatarrado y con el calzoncillo al aire.

Aún así, la gozó, pero el compañero Mariano, el delineante... A él le tocó la spice deportista, la del chándal y, claro, no lucía lo mismo. «Mariano taba apagáu con el chandal. Claro, quería alomojor vetise de Bekam como yo» (sic). La secundaria de lujo del programa es Paulina, la mamá expija (¡cómo sería antes!). «Yo hago pis transparente, como el agua. Lo podríamos llamar ‘pispau’. ¿Lo pispas?». Lo pispamos, lo pispamos... Pau es una caricatura perfecta, una mujer que podría llenar solita el programa

Ella y su hija, que en el programa del martes sufrieron un cómico episodio de pánico al verse atacadas por unas moscas urbanas en un tramo de la calle en el que olía fatal. «No hemos respirado. Estaba hablando sin inhalar. Había contaminación olorosa».

Pau, además de tener un olfato delicado, está dotada de clarividencia, porque adivinó que la motera le iba a robar a uno de los pretendientes.

«¡Luján se ha quedado alucinada de lo lista que soy!». No solo Luján.

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