Larga vida a la revolución ‘sixtie’

Llegó el cuarto día y las cuentas —aunque no resulta fácil hacerlas—, a primera vista le cuadran al Festival Internacional Purple Weekend de León. Por un lado porque el entusiasmo de la celebración del 25 aniversario se vivió con intensidad y sobre todo porque se tradujo en una ciudad volcada en su festival más emblemático.

Si el Espacio Vías, con el tradicional mercadillo y la indispensable feria del disco, se convirtió en base de operaciones de muchos, para otros el entorno del Gran Café, del Saint Román al Mona Lisa, por poner dos ejemplos, servían de lugar de encuentro y referencia donde recuperar energías con los cortos , los vinos y las siempre apetecibles tapas leonesas.

Y puede decirse que si el Gran Café ha constituido la gran apuesta por la música sin complejos, por la sobremesa animada, popular y diferente, en el Vías han tenido cabida otras expresiones de la sensibilidad sixtie como el muy seguido desfile de moda vintage que tan buen sabor de boca y diversión dejó de la mano de la tienda leonesa Covent Garden, o la alegre scooterada con aniversario y hermanamiento futbolístico-mágico incluido.

Las cifras del certamen

Según los datos que manejaba ayer la organización del festival, unos 10.000 espectadores habrían pasado por los diferentes escenarios y sedes oficiales, visitado las exposiciones y disfrutado de toda la oferta que el programa del festival puso a disposición de los asistentes. En definitiva, se habrían cumplido las expectativas y sobre todo durante varios momentos del viernes y el sábado se vivieron auténticos aforos completos. Siempre teniendo en cuenta, además, esa fidelísima base de unos 400 abonados que año tras año constituyen el núcleo duro del festival y una garantía para su supervivencia.

La última jornada, la de ayer domingo, tenía como misión ser un día de despedida pero con música en directo. Muchos, sobre todo asistentes llegados de fuera de la ciudad, tenían que dejar León aunque muy a su pesar porque querían ver a los locales Karma Gurús y a los austriacos The Attention! (éstos con media hora de retraso por problemas técnicos), pues recordemos que hoy es festivo en León pero no en otros lugares de España. Así que con esa sensación de que el Purple Weekend 2013 será recordado durante mucho tiempo, y aún con el ritmo en los oídos de las dos bandas encargadas de poner el broche de oro al festival, León todavía mantenía ayer el sabor de un puente festivo por el que veinte grupos inventaron, de nuevo, una banda sonora para una ciudad.

Resumiendo: 10.000 personas en total, es decir, más de 2.000 por día, 400 abonos (una asistencia de público similar al nivel alcanzado el año pasado) y los llenos simultáneos son algunas pruebas de la energía que genera un festival que desde hace 25 años convierte a León en capital pop de diciembre y que esta vez apostó por cuatro jornadas que han sido un revulsivo para la hostelería y comercio leonés. Y todo ello gracias al hecho de haber sabido mantener su identidad, sin seguir esa tendencia mediante la cual una decena de grupos están encabezando, machaconamente, la mayor parte de festivales españoles. En este caso, el Purple va por libre. Y por eso es diferente.

Organizado por el Centro Comercial Abierto León Gótico y patrocinado por Son Estrella Galicia, Pepsi, Kas, Ayuntamiento de León y Aguas de León, el Purple celebró sus primeros 25 años de historia cumpliendo las mejores expectativas. Tanto el público como los grupos participantes estuvieron bastante más que a la altura tiñendo la ciudad de un espíritu musical abierto a todos los públicos. Y que sea por muchos años.