El arte de reproducir las joyas del arte

La crisis han obligado a la leonesa Carmen Rodríguez Suárez a reorientar su profesión de restauradora y conservadora de bienes culturales hacia la reproducción de obras de arte. Ha creado la empresa La Bottega Conservadores Restauradores Artesanos, que pone al alcance del gran público algunos de los tesoros de San Isidoro y la Catedral. Bajo el título Un paso más allá de la restauración. Pasión por un oficio, Rodríguez Suárez presentó ayer en la Hospedería de la colegiata sus primeras ‘réplicas’, entre las que se encuentra el célebre crucifijo de Fernando I y Sancha o el Pantocrator del Panteón Real. Además, ha diseñado una línea de lo que ella denomina ‘delicatessen para turistas’: llaveros, abrecartas, posavasos y objetos decorados con elementos reconocibles de los dos principales monumentos leoneses, como el gallo de la Torre de San Isidoro o las vidrieras de la Catedral.

«Quizá mi idea de reproducir piezas artísticas de nuestro patrimonio no pueda parecer a priori una tarea tan excelsa como crearlas o incluso conservarlas, pero recordemos que los romanos vieron en la copia de objetos de arte la perpetuación de los mismos», explica.

Aclara que las copias que salen de La Bottega no pueden ser consideradas falsificaciones, sino imitaciones, «puesto que nuestra intención al producirlas y ponerlas en circulación no es llevar a engaño como si fuera la obra auténtica». Carmen Rodríguez presentó ayer una primera colección que se venderá en los museos tanto de San Isidoro como de la Catedral.