Diario de León

CULTURA

Satanás aparece en Maragatería

El descubridor de los petroglifos localiza una extraña roca con un antiguo versículo.

Detalle de la cuarcita con una oración dirigida a Satanás que ha aparecido en un paraje de la Maragatería.

Detalle de la cuarcita con una oración dirigida a Satanás que ha aparecido en un paraje de la Maragatería.

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Parece un mensaje atrapado en el tiempo. Una cuarcita de 80 por 35 centímetros y unos 200 kilos de peso, en un paraje aislado conocido como el Teso de la Cruz, tiene grabado el mensaje: «Suelta las almas en el nombre de Jesús». Debajo, la palabra Satanás. Juan Carlos Campos, descubridor de los petroglifos de la Maragatería, ha hallado esta extraña piedra en un paraje despoblado entre el Val de San Lorenzo y Santiagomillas. La cuarcita no procede, por tanto, de ningún muro ni de ninguna edificación cercana.

Por los líquenes que han colonizado la roca es posible aventurar que el versículo no ha sido esculpido en época reciente. Campos estima que la oración puedo haber sido grabado entre los siglos XV y XVII. En principio, al descubridor le desconcertó la ortografía moderna, con la ‘m’ antes de la ‘b’. Sin embargo, esta regla ya aparece en la Gramática de Nebrija (del siglo XV). Campos cree que, por la ubicación de la piedra, podría tratarse de la base de un viejo crucero, similar a los que pueblan la ruta hacia Santiago.

El mensaje, sin embargo, no coincide con ningún salmo bíblico. A Campos le recuerda a la jaculatoria labrada en una de las campanas más antiguas de la catedral de Astorga. En concreto, la campana conocida popularmente como ‘La Plegaria’ tiene una inscripción en latín cuya traducción es: «Mi voz sea el terror de todos los demonios». En la campana denominada ‘Bárbara’, también se pide ayuda al Señor para «alejar las diabólicas tempestades».

En la extraña piedra hay sobre la letra ‘u’ de Jesús una cazoleta (marca circular) similar a las que decoran decenas de petroglifos de esta comarca. Es la segunda vez que Campos se topa con el demonio. Hace tres años localizó en la iglesia de Chana de Somoza —muy cerca del paraje donde ha encontrado ahora la roca tallada— una pintura de un diablo rojo con cuernos, que afloró en uno de los muros laterales de la iglesia al desprenderse el revoco de la pared.

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