Diario de León

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La comisión de monumentos: el protomuseo leonés

Pallarés atesora cientos de piezas heredadas del órgano nacido con la Desamortización.

Tallas románicas de San Miguel de Escalada

Tallas románicas de San Miguel de Escalada

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cristina fanjul | león
León

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«Enterada de ello S. M., y deseando que se procediera en tan importante punto con el conocimiento, método y regularidad que eran de desear, para que los resultados correspondieran al fin que se perseguía, de 13 de junio del mismo año 1844, se dispuso que habría en cada provincia una Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos compuesta de cinco personas inteligentes y celosas por la conservación de nuestras antigüedades, tres de las cuales debían ser nombradas por el Jefe político y las otras dos por la Diputación Provincial, con facultad de elegir una de su propio seno...»

De esta manera, se creó en León un organismo que prevaleció hasta los años setenta del pasado siglo y que se convirtió en el armazón del actual Museo de León. Destaca el director del centro de Pallarés, Luis Grau, que fue de esta manera que se creó, el 6 de junio de 1869, el primer museo de la provincia, gracias a la labor desinteresada de los integrantes de la propia comisión y de otros intelectuales de la época, como Patricio de Azcárate, Ramón Álvarez de la Braña, Fidel Fita o Velázquez Bosco. Y es que el museo arqueológico de León se creo antes de que Madrid tuviera uno. La colección comenzó a completarse entonces con los resultados de las excavaciones arqueológicas. Lancia, por ejemplo, fue uno de los yacimientos que más piezas aportó a esta colección. Lo mismo puede decirse del subsuelo de la Catedral, la villa romana de Navatejera o las lo descubierto ‘gracias’ a los derribos de los lienzos de la muralla. Sin embargo, la arqueología leonesa no superaria estos primeros logros puesto que la guerra truncó la labor desarrollada por los filántropos antes citados, dejando la arqueología «en manos del desvarío nacional católico o místico (las derivas de Julio Carro), de una ratíquica voluntad oficial (J. M. Luengo) o de súbitas y fugaces colonizaciones alemanas o francesas en yacimientos excepcionales, como Marialba o Las Médulas». A pesar de todo, la colección de la Comisión de Monumentos llegó a atesorar cientos de piezas, algunas de ellas de un valor excepcional. Es el caso, por ejemplo, de un sestercio con resello de la legio VI que supone el primer testimonio del asentamiento de este destacamento en León. Otra de las características de la colección de la Comisión de Monumentos fue el conflicto administrativo que desencadenó. Y es que la Diputación se ofreció a sufragar los gastos del museo en 1870, pero puso como condición que los objetos por éste protegidos pasaran a su propiedad. De esta manera, la institución pervivió hasta los años ochenta y no fue hasta 1988 que los integrantes de la Comisión, integrada entre otros por el alcalde, el presidente de la Diputación, los directores del archivo, la biblioteca y el museo, se hicieron el ‘harakiri’ para permitir con ello que la colección de este organismo pasara a formar parte del actual museo de León. Habrían de pasar otros 19 años para que se inaugurara definitivamente el museo en el año 2007.

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