El director del Musac prueba suerte con la novela

Manuel Olveira no se ha tomado Todo el tiempo del mundo, título de su primera novela, sino sólo diez años para escribirla. El director del Musac, que presentará su ópera prima el 3 de marzo en la librería Artemis acompañado por el poeta Jorge Pascual, explica que se trata de una novela construida con otras vidas y una gran cantidad de capas. «El título alude al tiempo mítico y a la generosidad de dedicarle a alguien todo el tiempo». Se trata de una historia circular en la que el protagonista no es capaz de contar su historia, porque sospecha que quizá nunca ha existido, de modo que acaba contado la de otros en un relato que nunca empieza y, quizá, nunca acaba. Reconoce Olveira que, como toda primera novela, es autobiográfica, porque aunque los hechos no son reales —«no he sido torturado ni encarcelado»—, sí lo son los sentimientos.

Sigue los pasos del primer director del Musac, que durante su estancia en el centro de arte contemporáneo leonés publicó la novela Masticar los tallos de las flores regaladas, aunque Olveira asegura no haberla leído. «Siempre había escrito poesía y relatos cortos, aunque no con la ambición de una novela larga y compleja», confiesa Olveira, quien admite tener ultimada otra novela, así como un libro de relatos y un ensayo.

Todo el tiempo del mundo, editada por Los libros de Rocamadour, es la historia de una pérdida (la de la plenitud moderna) y de un naufragio (el del sistema tal y como últimamente lo habíamos conocido).

Olveira define el libro como una «deconstrucción», un «inmenso collage» que permite al protagonista —una suerte de «trapero de la historia»— adentrarse en una fábula de Esopo y hasta en la caverna de Platón, viajar por libros, obras de arte o películas, con el mismo método con el que en su día Walter Benjamin construyó su Libro de los pasajes.