Diario de León

CULTURA

La poética de la locomoción

El Museo de la Minería y la Siderurgia de Sabero inaugura el sábado ‘Máquinas poéticas’, una exposición en hierro y acero del artista leonés Carlos A. Cuenllas

Piezas del artista que pueden verse en la exposición.

Piezas del artista que pueden verse en la exposición.

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JUAN MANUEL CASTRO | SABERO
León

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El Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León, con sede en Sabero inaugura el próximo sábado la exposición temporal Maquinas Poéticas del artista Carlos A. Cuenllas. Las obras de este artista multidisciplinar se apoderan de todos los espacios del museo y el acero inoxidable del siglo XXI convive con las maquinas que producían el hierro que le precedió.

La exposición supone una visión retrospectiva del trabajo de Cuenllas en los últimos dieciséis años, con una amplia muestra de más de setenta obras realizadas en hierro, acero inoxidable, poliéster, etc. y más de una treintena de cuadros realizados en técnica mixta sobre lienzo. Las piezas de gran formato, algunas realizadas para la exposición, como Coche de Carreras Nº 19, se alternan con una amplia colección de pequeñas esculturas.

La exposición, con la que el MSM hace un guiño a su primer apellido, durará hasta finales del mes de junio.

Cuando Harry Brearley en 1913 descubrió por casualidad el acero inoxidable, seguramente nunca había oído hablar de la Ferrería de San Blas, que ya hacía medio siglo que había apagado sus hornos altos en un desconocido lugar de España. Y tampoco había oído hablar de Carlos Cuenllas, que aún tardaría algo más de medio siglo en nacer, en otro lugar no muy alejado de la vieja fábrica de Sabero.

Tampoco los obreros que daban forma al arrabio que salía de esos hornos convirtiéndolo en vías de ferrocarril, tubos e incluso balcones y pasamanos, sabían lo que Brearley y Cuenllas harían los siglos siguientes. Ni siquiera se podían imaginar que aquel arrabio, que como mucho se podía transformar en hierro colado o hierro dulce, se acabaría convirtiendo en acero por acción del carbono y en acero inoxidable gracias al cromo y al níquel. Es posible que Carlos Cuenllas desconociese los entresijos de las investigaciones de Brearley con el acero y que en la nave neogótica de San Blas se obró durante años el milagro de convertir unas piedras rojizas en estructuras metálicas llenas de vida. Y todo ello a pesar de que por sus venas, también rojas, corría la sangre familiar de la fundición.

Harry Brearley quedaría hoy admirado de las ideas de Cuenllas convertidas en objetos imposibles con su acero inoxidable y de los inmensos arcos que cobijaron tantos montones de aquel hierro oscuro que él convirtió en brillante. Hoy las obras de Carlos Cuenllas ocupan todos los rincones de la vieja ferrería y el acero reluciente de Brearley busca sus orígenes en esta catedral del hierro. Por fin todo encaja.

 

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