EXPOSICIÓN
Paisaje cardiaco y libro de recuerdos
El bar Camarote Madrid presentó ayer un volumen con el resumen de su temporada cultural e inauguró una exposición del fotógrafo leonés Javier Casares
Presentación de las nuevas actividades de Camarote Madrid
La actividad cultural en el Camarote Madrid no cesa. Aún suenan los ecos de la gran fiesta de la entrega de premios del Certamen de Pintura de este año, cuando aparece el libro que resume sus últimos doce meses de actividad y comienza una nueva exposición.
El libro se titula Una cita en el Camarote Madrid, y en él figuran todas y cada una de mas micro-exposiciones que mensualmente se han venido realizando en este espacio. Aparece también la reseña del pasado Diciembre solidario, donde se recaudó un importante donativo parea la Cruz Roja, con la venta de una serie de viejos vinilos.
Un volumen que cuenta con la colaboración literaria de Nicolás Miñambres o Manuel Valdés que, entre otras cosas, dice: «Un bar, un restaurante, sin dejar de ser un ámbito para la gastronomía, de repente en un proceso de reinvención, se hace polivalente y actúa sobre la ciudad creando un ambiente que busca la composición del espacio urbano como una obra de arte».
La presentación del libro coincide en el tiempo con la inauguración de la exposición del fotógrafo Javier Casares, un reconocido profesional cuya presencia es inevitable en todos y cada uno de los eventos que suceden en la capital y en la provincia de León, como fotógrafo que es de la agencia Efe. Por eso sorprende esta aparición suya en un terreno artístico que desconocíamos.
Casares lleva a la ya clásica galería del Madrid, un mini-paisaje en el que se combinan varios elementos naturales que él ha sabido captar en el momento justo, cuando la luz ayudaba a resaltar los relieves de las hojas secas de los girasoles y una piedra que milagrosamente emerge de la tierra para convertirse en un corazón dispuesto a latir en cualquier momento.
El título de la obra es Paisaje cardiaco, «Un nombre —explica Casares— que le puse antes se saber cómo quedaría la imagen después de pasar por la imprenta. La foto está hecha en el pueblo de mi padre, Boadilla de Rioseco, en plena Tierra de Campos. Tenía otras imágenes preparadas para este momento pero cuando el pasado mes de julio hice esta me enganchó. Nació casualmente mientras caminaba por el campo sin buscar nada concreto. La idea es que la genta la vea y saque de ella sus propias conclusiones».