SERGIO DALMA
«No he dejado que la fama cambiara mis planes»
verónica viñas | león
Sergio Dalma ‘dispara’ frases. Es un artista tan hiperactivo que confiesa ser «insoportable» cuando no está de gira. A León viene, precisamente, con la promoción de su último trabajo discográfico, al que, tras un cuarto de siglo de carrera musical, se ha atrevido a ponerle su propio nombre, Dalma. El viernes el artista catalán, que se considera más intérprete que autor, desembarca en el Palacio de los Deportes.
—¿’Dalma’ es su disco menos triste?
—En nuestro ánimo estaba buscar canciones de amor y desamor que fueran positivas.
—¿Por qué eligió colaborar con alguien tan distinto como Iván Ferreiro?
—¿Y por qué no? En la música a veces hay demasiados prejuicios y hay autores que, aunque estén distantes con lo que yo hago, me puede apetecer trabajar con ellos; y uno de esos casos es Iván. Nos conocimos en México, tomamos unos tequilas y me atreví a pedirle la canción. Para mí es una de las joyas de este disco, una de mis favoritas.
—Muy pocos se atreverían con un recinto como el Palacio de los Deportes, ¿cada vez es más difícil llenar grandes auditorios?
—Es complicado. En León vamos al Palacio de los Deportes, pero yo no me obsesiono con los grandes recintos. Lo importante es que la gente acuda. En este país acostumbrado a la música gratuita, hemos concienciado a la gente de que pague una entrada, lo que te obliga a hacer un espectáculo para que la gente lo disfrute. Yo me siento más cómodo en un teatro, porque es un recinto acústicamente más preparado.
—¿Es aburrido para un artista tener que cantar en las giras esos dos o tres éxitos de siempre?
—No. A mí me apetece. No hace falta que me lo pidan. Creo que hay canciones que en estos 25 años no he dejado de cantar, como Esa chica es mía, Bailar pegados, La vida empieza hoy... Creo que ahora suenan distinto de cuando salieron, porque las siento de otra manera. Mi afán es que suenen tan actuales como las del nuevo trabajo. Intento actualizarlas. No puedo bajar del escenario sin cantarlas.
—En este último álbum es autor de un tema, ¿qué diferencia hay entre cantar temas propios o compuestos por otros?
—Siempre me he considerado más intérprete que autor. La mayoría de los temas que compongo no salen a la luz, porque los hay mejores que los míos. Escogí esta canción entre tres, porque no desentonaba. Cuando elijo una canción la hago mía, me emociono al cantarla la haya escrito yo o no.
—¿Le ha puesto ‘Dalma’ al disco porque es su trabajo más personal?
—Cada vez me resulta más difícil poner título a un disco. No había ningún trabajo con mi nombre, así que creí que era el momento.
—¿Qué le parece el Nobel de Literatura a Bob Dylan?
—Me parece que era exagerado dárselo. Es un cambio. Yo en lo de los premios estoy bastante de acuerdo con él; la mayoría, ni los recogería.
—¿Qué música escucha en el coche?
—Un poco de todo. Principalmente, las novedades, para saber qué hacen mis compañeros.
—¿Le ha hecho más daño a la música el 21% de IVA o la piratería?
—Un poco todo. La piratería ha hecho mucho daño, pero quizá las compañías de discos han reaccionado tarde. La sociedad ha cambiado y la música se consume de forma diferente. Luego hemos tenido la mala suerte de que los gobiernos no han ayudado. Parece que hay una intentona para que baje el IVA, sobre todo en el espectáculo en directo; ojalá, porque esto ha hecho mucho daño.
—¿Le molestan etiquetas como ‘el cantante de la voz rasgada’?
—No. En España siempre etiquetamos todo. Lo importante es tener claro lo que uno es capaz de hacer y dónde quiere llegar. La verdad es que eso no me afecta.
—¿Cuál es su sueño incumplido?
—Afortunadamente, se han ido cumpliendo muchos. Como dice el refrán, que me quede como estoy. Creo que he conseguido grandes logros, he actuado en grandes escenarios... Lo importante es seguir teniendo ilusión y ganas de preparar cosas nuevas. Si desaparece eso, desaparece todo.
—¿Mantenerse es más difícil que triunfar?
—Sí. Al final, con los años, cada vez resulta más complicado sorprender al público e ir evolucionando.
—¿El panorama musical ha cambiado mucho en sus 25 años de carrera?
—Sí, ha cambiado y creo que para bien. Hay gente muy preparada, muy talentosa y eso a uno le pone las pilas. Afortunadamente se consume más música que nunca.
—¿La fama le ha fastidiado la vida?
—No he dejado que la fama cambiara mis planes. Ha habido a veces alguna amenaza del personaje comercial a la persona, pero no le he dejado. Si me hubiera afectado, habría trabajado de otra forma o me habría quedado en el anonimato cantando en orquestas...
—¿Qué es lo peor de una gira?
—Que se acabe. Soy muy insoportable cuando no estoy de gira, porque echo de menos todo lo que comporta el bolo. Tengo la suerte de trabajar con los mismos compañeros desde hace años. Somos un grupo de amigos que salimos a disfrutar. A la vez estoy pensando en nuevos proyectos y en la próxima gira.