Diario de León

CULTURA

El leonés que muestrael lado más humano de las guerrillas

Tomás Martínez Antolín estrena hoy en León su documental ‘El dolor del perdón’, en torno al conflicto colombiano

Martínez Antolín, derecha, con vecinos de Alto de la Florida. A.F.

Martínez Antolín, derecha, con vecinos de Alto de la Florida. A.F.

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e. gancedo | león

Hay situaciones tan elocuentes, tan significativas, que por su extrema crudeza logran condensar todo el dolor y la sinrazón de un conflicto bélico, o, como en este caso, también la demostración de que el ser humano es capaz de perdonar hasta en situaciones límite, que su generosidad excede toda frontera.

Y uno de esos hechos brutales es el que centra El dolor del perdón, un documental que el realizador leonés Tomás Martínez Antolín presenta hoy en el salón de actos del Centro Cívico León Oeste (el Crucero) y que cierra el foco sobre la persona de Lyda A. Becerra, una mujer colombiana que, como tantísimas otras personas en aquel país, perdió a un ser querido a manos de la guerrilla, en este caso su marido. Su carácter inconformista y su fijación por la reconciliación y el progreso del país le impulsaron a trabajar en cárceles en pro de la reinserción de presos guerrilleros... hasta que cierto día uno de ellos no pudo reprimirlo por más tiempo y le confesó que había sido uno de los que había intervenido en la muerte de su marido.

Un estremecedor momento que Lyda Becerra cuenta, con estas palabras, en el documental: «Me coge la mano, se pone a llorar, y me dice: ‘Yo tengo que ver en la muerte de su esposo’. Y yo me quedé... en ese momento sentí mucha rabia, y le dije: ‘Ustedes matan a alguien pero ustedes no saben qué pasa detrás de cuando hay un muerto... De, como esposa, tener que arreglarlo, tener que recogerlo, que me digan que no hay un médico porque tal vez ellos mismos no lo dejaron llegar... Él baja su cabeza y me dice: ‘No sé qué decirle. Y menos a una persona que ha apoyado tanto a los muchachos...’». Esa noche, cuando salió de la cárcel, Lyda tomó un taxi y le pidió que diera vueltas y vueltas por la ciudad, presa de una rabia terrible e incapaz, por el momento, de asimilar lo escuchado. Pero fue capaz.

«Sanémonos los dos »

Y prosigue, en otro fragmento de la entrevista: «Me acuerdo que en la primera conversación cuando nos volvimos a ver, le dije: ‘Venga, que yo quiero que trabajemos juntos. Sanémonos los dos. Porque yo sé que a usted le duele mi dolor’».

«La actitud de Lyda Becerra es de tal altura, de tal humanidad, que nos hace preguntarnos a todos: ‘¿Qué hubiera hecho yo en su misma situación?’ —plantea Martínez Antolín—. No es en modo alguna una respuesta fácil». El enérgico carácter de esta mujer lo revela también su propia hija cuando dice: «Mi mamá es una de esos tantos superhéroes que hay en el mundo y que nadie sabe de ellos».

El filme del leonés Antolín incluye entrevistas a jóvenes que lograron ‘desengancharse’ de la guerrilla. ARMONÍA FILMS

Autor de otros documentales como Girón, el hombre que murió dos veces, sobre el célebre combatiente antifranquista leonés, o En un segundo, en torno al drama de los accidentes de tráfico, el realizador explica que el grueso de las grabaciones se produjeron el pasado verano, aunque tuvo conocimiento de la existencia de Lyda en una serie de viajes anteriores para otro proyecto audiovisual de momento aparcado. El dolor del perdón, además de esta activista, muestra testimonios de otros agentes del conflicto, se adentra en la vida cotidiana de Alto de la Florida, uno de los barrios más populosos y conflictivos de Bogotá, y accede a la sede de la Fundación Kairós, levantada por Lyda Becerra para la inserción social de presos prácticamente con sus propias manos.

En un principio el equipo tenía previsto entrevistar también al guerrillero que mató, con otros, al marido de Lyda —y habían conseguido los permisos necesarios para entrar en la cárcel donde está internado—, pero al coincidir la grabación con el delicado proceso de paz que acabó con la pérdida del referéndum gubernamental, se les denegó el acceso. Eso sí, consiguieron testimonios sonoros de esta persona. «Lyda siempre dice que el proceso no contó con todas las partes implicadas en el conflicto, como los indígenas. Porque no olvidemos que aquí está la guerrilla, los paramilitares, el Gobierno... y el problema de la droga sobrevolándolo todo», recuerda Martínez Antolín.

Lugar: Centro Cívico del Crucero.

Hora: 20.00.

Entrada: gratuita.

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