Diario de León

FRANCISCO MAGANTO COMPOSITOR

«Habría llegado muy, muy alto de no haber fallecido»

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Veterano compositor, músico y letrista, Francisco Maganto escribió para Roberto Rey algunos de sus temas más populares, entre ellos Canto a León. Gran amigo del paramés, Maganto se ha topado con múltiples escollos e incomprensiones hasta poder organizar, tantos años después, un sentido tributo al cantante.

—¿Cuándo conoció a Roberto Rey y de qué modo calificaría su relación con él?

—Le conocí en octubre de 1970 en Madrid, en un estudio de música que había en la calle Pizarro, y mi relación con él a partir de aquel momento fue de verdadera amistad y entendimiento, casi como si nos conociéramos desde siempre. Tanto fue así que mi casa era la suya. Con él colaboré desde que nos encontramos en esa ocasión y hasta el mismo final de sus días.

—¿Qué canciones, en concreto, escribió para él?

—Las más famosas y populares: Canto a León, Mis dos amores, Balada de León y Asturias, Miña Galicia, Tierras de Castilla, Soy español... y otras más aparte de las que solía llevar en su repertorio habitual.

—¿Cómo calificaría a Roberto Rey, tanto en el plano personal como en el profesional?

—Como un triunfador nato. Sólo hay que recordar que en aquellos momentos la conocida discográfica Philips, donde grabó todos sus temas, le estaba preparando una gran promoción a nivel nacional. Yo mismo le presenté a este sello después de que participara, con gran éxito y entonando el Canto a León, en aquel popular programa de Televisión Española que se titulaba La gran ocasión.

—¿Piensa que podría haber llegado mucho más lejos de lo que lo hizo?

—Sin duda. Hubiera sido una gran figura de la canción de no haber ocurrido su lamentable y prematuro fallecimiento.

—¿Por qué cree que su figura y canciones han quedado tan olvidadas?

—Por desgracia, en nuestra querida España nadie es profeta en su tierra, aunque en aquellas fechas Roberto Rey lo era bastante, triunfando por todo el país con sus temas dedicados a León, Asturias, Galicia, Castilla, Andalucía, Cataluña... actuando también en el Teatro Chino de Manolita Chen. Cuando se es humilde y todavía no se tiene un nombre a nivel artístico lo suficientemente conocido, el mundillo de la canción y de los medios pueden llegar a olvidarse muy rápidamente de uno.

—En qué va a consistir el homenaje que tendrá lugar en Villaestrigo el próximo 13 de agosto?

—Fundamentalmente consistirá en recordar, después de tantos años, la figura de Roberto Rey, hoy olvidado incluso por gran parte de sus paisanos, y en hacer saber a todos los leoneses que este artista llevó siempre a su tierra en el corazón, a través de temas como Canto a León o Balada de León y Asturias, con las que inició su carrera.

—¿Se trata, realmente, del primer homenaje que se le tributa después de tanto tiempo?

—Sí, es el primero desde su fallecimiento. Yo llevo intentándolo desde hace mucho tiempo y no ha sido posible porque nadie me ha escuchado. Hace varios años me puse en contacto con el Ayuntamiento de Laguna Dalga, su pueblo natal, proponiéndoles la celebración de este homenaje, y hasta el momento no he recibido contestación alguna. Me duele decirlo pero esa es la realidad.

—¿Y por qué celebrarlo en Villaestrigo?

—El motivo de celebrarlo en ese pueblo ha sido básicamente casual, por cosas que tiene la vida. A través de dos amigos y también después de muchos mensajes enviados, acudí allá el pasado 22 de julio para entrevistarme con miembros de una asociación cultural, que fueron quienes en un principio propusieron celebrar el homenaje en el pueblo. Pero no olvidemos que existía vinculación, ya que Roberto, en su niñez o inmediata juventud, estuvo trabajando en una fragua de esa localidad.

—Según su parecer personal, ¿qué cree que ocurrió aquel 18 de agosto de 1977?

—Sobre las causas de su fatal fallecimiento no deseo mencionar apenas nada. Ya han pasado cuarenta años y lo de menos a estas alturas es como pasó. Yo estaba en Toro, Zamora, y al regresar a Madrid me enteré de la noticia en un bar del pueblo de San Rafael, donde paré para tomar un café y lo estaban comentando unos señores. Me quedé muy impresionado y me causó una tristeza muy grande, sobre todo porque Roberto y yo habíamos quedado para unos pocos días después con objeto de hacer unas gestiones. En fin, sólo deseo que nuestro amigo Roberto Rey, cantante leonés que siempre llevó en el corazón a estas dos tierras hermanas, León y Asturias, descanse en paz, además de que el próximo día 13 podamos recordarlo en Villaestrigo como se merece.

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