Diario de León

AVENTURA EXTREMA

Los últimos exploradores leoneses

Van armados con las mejores cámaras del mundo y drones ■ Tres fotógrafos leoneses y uno palentino han conquistado la cuna del hielo: el lago Baikal ■ Han pasado quince días a temperaturas por debajo de los 34 grados para retratar una de las zonas más inhóspitas del Planeta.

Casi imperceptibles, los aventureros leoneses parecen hormigas en la inmensidad de hielo del lago Baikal. NÉSTOR RODAN

Casi imperceptibles, los aventureros leoneses parecen hormigas en la inmensidad de hielo del lago Baikal. NÉSTOR RODAN

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León

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verónica viñas | león

Jesús Calleja y Frank Cuesta no son los únicos leoneses que han hecho de la aventura una forma de vida. Néstor Rodan es un ‘cazador’ de paisajes. Este informático leonés de 28 años acaba de regresar de uno de los lugares más agrestes y despoblados del Planeta, el lago Baikal, en los confines de la temida Siberia, un limbo de llanuras heladas que durante décadas fue una inmensa prisión sin rejas ni carceleros. El objetivo del viaje era captar el hielo más impactante del mundo. Rodan ha viajado acompañado por José Devesa, Gabriel Santos, propietario de un estudio de fotografía, y el militar palentino Juan García Lucas. Han regresado con 4.000 fotos y 50 horas de vídeo. Un material que quieren publicar en revistas especializadas como National Geographic y exponer en el Auditorio Ciudad de León. De momento, la multinacional SanDisk quiere utilizar sus imágenes para publicidad.

Estos cuatro aventureros, que han viajado al Himalaya o los Alpes, se quedaron boquiabiertos ante la inmensidad cristalina del lago Baikal.

En el gigantesco mapa de Rusia es una pequeña mancha azul, aunque concentra el 20 por ciento de la reserva de agua del mundo. Mide 2.100 kilómetros —casi dos veces la distancia entre Barcelona y Cádiz—. «Cuando se congela, es de un azul turquesa increíble», describe Rodan.

Con los mejores equipos fotográficos, cedidas por Cannon —incluidas dos cámaras Full Frame, objeto de deseo para la mayoría de los fotógrafos— partieron a Siberia dispuestos a quedarse el tiempo que fuera necesario. Pese a las escalofriantes temperaturas, Rodan dice que tuvieron suerte, porque sólo hubo ventisca un día.

Establecieron el ‘cuartel general’ en la localidad de Kuzhir, una pequeña aldea de apenas 200 habitantes ubicada en la isla de Olkhon, a ocho horas en coche de la ‘civilización’. Un enclave que «se ha quedado estancado en los tiempos de la Guerra Fría», cuenta el aventurero leonés. Un lugar donde la gente conduce viejos Ladas y nadie había visto drones. «Algunos querían dispararlos». «No hay bares, nadie habla inglés y no están preparados para el turismo», resume Rodan sobre esta remota localidad donde se puede comer por 1,50 euros un plato de verduras y boniatos.

Rodan afirma que es, sencillamente, «otro mundo», más impresionante que Sierra Leona, los parques naturales de Estados Unidos, Islandia o cualquiera de los lugares exóticos a los que el fotógrafo leonés ha viajado hasta la fecha.

Desde que ha regresado, hace apenas diez días, más de una decena de personas han contactado con él para visitar los mismos parajes que la expedición de Rodan. El informático leonés se dedica también a hacer de guía en destinos poco convencionales. De hecho, trabaja desde hace un año para la empresa Wild Watching Spain, con sede en Riaño, especializada en turismo de naturaleza. Su misión es abrir destinos de aventura en todo el mundo, centrados en la observación de animales.

«He ido cinco veces a Islandia y las fotos, al final, son siempre iguales. En el lago Baikal, no, porque se congela durante unos meses al año y cada temporada es diferente», explica.

Buscaron con insistencia nerpas (focas blancas), pero no tuvieron suerte. Se trata de una especie endémica del lago Baikal, situado a miles de kilómetros del mar. Pero la única fauna que avistaron fueron yaks y caballos.

Arriba, los aventureros leoneses y debajo algunas de las fotos tomadas por Néstor Rodan.

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