Diario de León

cultura ■ patrimonio

Ocho años para quitar un andamio

La Catedral se despoja del andamino colocado en la fachada sur sin que el ministerio rematara la obra.

Una gigantesca grúa comenzó ayer a desmantelar la marquesina instalada en la fachada sur de la Catedral. JAVIER FERNÁNDEZ ZARDÓN

Una gigantesca grúa comenzó ayer a desmantelar la marquesina instalada en la fachada sur de la Catedral. JAVIER FERNÁNDEZ ZARDÓN

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verónica viñas | león

Después de ocho años formaba ya parte de la ‘estética’ de la Catedral. En 2010 la ministra socialista Ángeles González-Sinde decidía colocar una marquesina en el hastial sur, uno de los puntos más frágiles del edificio, con el fin de hacer un ‘barrido’ de los muros y detectar las grapas colocadas en el siglo XIX que han provocado profundas fracturas en la piedra. Semanas antes el Ministerio de Cultura había sufragado una restauración de esta fachada, por importe de 688.370 euros, que además de rehabilitar el hastial, pináculos y otros elementos pétreos, se había librado ya de las grapas visibles.

El Cabildo, harto de esperar a que el ministerio remate los trabajos, inició ayer el desmontaje de la marquesina, para evitar que en los próximos meses la Catedral quede sepultada bajo más hierros, coincidiendo con la colocación de una ‘torre Eiffel’ de andamios en la fachada principal, que permitirán restaurar el rosetón central y, de paso, reparar también el hastial y librarse de las grapas que cosen los muros de la cara occidental del templo gótico.

La restauración del gran ojo de la Catedral se llevará a cabo en el nuevo Taller de Vidrieras, que acaba de trasladar su ‘cuartel general del antiguo Seminario Mayor y futuro Museo de la Semana Santa a un antiguo edificio de la calle Dámaso Merino, recién restaurado, que durante años fue usado por la Concejalía de Juventud para el programa de ocio Espabila. El hueco que deje el rosetón será cubierto por una lona con las credenciales de los mecenas de la Fundación Cepa, que costea los 398.000 euros que cuesta reparar esta colosal vidriera.

La marquesina ‘olvidada’ es un caso más de obras inacabadas que sufre la Catedral, cuya fachada principal fue despojada de las estatuas góticas que la decoraban, debido a su delicadísimo estado de conservación. Nueve años después, las hornacinas siguen vacías, a la espera de que la Junta decida cómo restituir por réplicas a los 23 santos originales, aunque, con seguridad, será el Cabildo quien sufrague las nuevas tallas con cargo a la entrada que pagan los visitantes. En 2017 pasaron por la taquilla 287.347 personas, que dejaron 1,5 millones de euros, cantidad que ha permitido acometer las últimas restauraciones, incluido el plan para rehabilitar todo el conjunto de vidrieras, iniciado en 2006 por la Junta y Caja España bajo el título El Sueño de la Luz, y que desde hace años costea en solitario el Cabildo.

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