CULTURA
El museo sobre el pantano de Luna sale a flote
La iglesia de Láncara de Luna acaba de emerger entre la maleza. Los vecinos y descendientes del pantano que dejó sin hogar a los habitantes de dieciséis pueblos quieren convertirla en un Museo-Memorial que recuerde su historia
Una hacendera ha sacado a flote la iglesia de Láncara de Luna. Las aguas rodean este templo, que no se inunda ni cuando el pantano alcanza la cota máxima. Pero la maleza la había dejado prácticamente invisible. Vecinos de la zona y descendientes de las familias que se quedaron sin hogar hace medio siglo quieren convertirla en un símbolo. Ya han dado el primer paso, pero les queda un largo camino hasta conseguir que estas ruinas se transformen en un Museo-Memorial sobre la historia de un pantano que sepultó dieciséis pueblos.
Su intención es restaurar la iglesia, pero la última palabra la tiene Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), que ha tardado tres meses en autorizar la limpieza de las ruinas y ahora tiene sobre la mesa una nueva petición: la cesión gratuita del edificio, expropiado hace 52 años.
Vecinos y descendientes de la comarca quieren rescatarla para que sea símbolo de la resistencia, un memorial dedicado «a los pueblos que desaparecieron y a la gente que abandonó sus viviendas», según Efrén García Fernández, concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Sena de Luna y presidente de la Junta Vecinal de esta localidad.
La iglesia ha sufrido los estragos de la rapiña, como el resto de construcciones que emergen cuando el pantano se seca. No tiene techumbre, pero algunas paredes están sólidamente ancladas a la tierra, igual que una parte del altar, el arco de piedra que dividía el edificio y los vestigios del cementerio contiguo.
Si CHD cede la iglesia para su conversión en museo tendrán que buscar financiación. «La Diputación tiene una línea de ayudas para restaurar edificios de interés cultural y buscaríamos también apoyo de otras instituciones», adelanta el presidente de la Junta Vecinal de Sena de Luna. Hace 32 años se estimó que la rehabilitación de la iglesia costaría dos millones y medio de pesetas (15.000 euros). El edificio ya estaba en ruinas entonces. El objetivo es convertirla en «un referente para los que se fueron y reivindicar lo que ha estado olvidado durante tantos años». También planean convocar a los ‘supervivientes’ a una romería el 16 de julio, festividad del Carmen, patrona de Láncara de Luna.
El museo podría proyectar en verano un audiovisual con el amplísimo material recopilado por la historiadora Ana Villanueva, que ha realizado la investigación más extensa hasta la fecha sobre la construcción del pantano, las 1.500 personas afectadas, la destrucción de un ingente patrimonio —incluidos dos castros, un castillo, 28 puentes, 14 iglesias y 16 ermitas— y el letal expolio que comenzó antes del cierre de las compuertas y siguió durante décadas. A través de cientos de fotos pueden reconstruir la comarca antes de la inundación.
En el archivo de CHD está el relato del desahucio de Luna. Lo que se pagó por cada finca, por cada corral y por cada casa, así como los planos de todas las edificaciones afectadas por el embalse diseñado por Luis Llanos Silvela e inaugurado por el dictador Franco en 1956, dentro de su política de obras faraónicas y en pro de una España verde, que justificó la destrucción de una comarca singular.